Artistas sobresalientes con escasa fortuna, músicos que merecieron mayor éxito y reconocimiento del que finalmente cosecharon los ha habido a montones a lo largo de la historia, pero el caso de Guryan es particularmente llamativo, cabiendo acaso atribuir en alguna medida la escasa relevancia que tuvo en sus mejores tiempos a una coyuntural carencia de olfato de sus primeros patrones, nada menos que Jerry Wexler y Ahmet Ertegun, productores de sobresaliente éxito desde los primeros años cincuenta y capos de la entonces todopoderosa Atlantic Records, hogar de algunos de los nombres más rutilantes de la escena del jazz, el rhythm and blues y el soul del momento, como Aretha Franklin, Ray Charles, y Otis Redding, entre otros muchos.

Y es que Guryan, que posteriormente sería todo un minoritario pero característico icono pop, no empezó en este ámbito, sino, más bien, en el del jazz. Hija de sendos pianistas de formación académica, Guryan (nacida en Nueva York en 1937) empezó también a recibir clases del mismo instrumento cuando todavía era una niña, actividad que completaba escribiendo poemas que trataba de encajar en algunas de sus melodías favoritas.

Aunque entre los discos que escuchaba en casa había un claro predominio de la música clásica y la ópera, Margo se aficionó en sus primeros años de universidad al jazz, la música que se escuchaba en la radio de entonces. Figuras como Bill Evans, Thelonius Monk, Horace Silver, Kenny Drew o Hampton Hawes se convirtieron en sus grandes influencias del momento.

Una afortunada carambola fue la que dio con Margo en el estudio de Wexler y Ertegun. Un pequeño sello de Boston se había interesado por la joven pianista y le ofreció un contrato. Aconsejada por sus padres, se hizo con los servicios de un abogado, quien consideró que las condiciones del acuerdo eran inadmisibles y, al tiempo, sugirió que si su talento había despertado cierto interés en Boston también, quizá, podría hacerlo en Nueva York, sede de Atlantic Records.

A Wexler y Ertegun les gustó a la primera y le firmaron rápidamente un contrato con la idea de editar un primer álbum que habría de titularse Margo Guryan Singing Her Own Songs, subrayando el por entonces muy notable hecho de que una artista joven y desconocida interpretase sus propias composiciones.

Las sesiones de grabación, sin embargo, no salieron como todos esperaban. La propia Margo reconoce que “fue un desastre total; me decían que cantara más alto y cuanto más alto cantaba peor salía… la verdad es que mi forma de cantar no sería mínimamente aceptable hasta unos cuantos años más tarde”.

Atlantic cambió, pues, de opinión: Margo no grabaría, pero sí entraba a formar parte del equipo de compositores de la corporación. Así, mientras avanzaba en sus estudios de piano en la Universidad de Boston bajo la tutela de maestros como Bill Evans o Max Roach, salieron a la luz sus primeras composiciones. La cantante de jazz Chris Connor grabó Moon Ride en 1958 y otros artistas, como Freda Payne, Nancy Harrow, Alice Babs o Harry Belafonte interpretaron también material suyo.

Después de una primera etapa dedicada por completo al jazz, Margo tiene una auténtica revelación cuando un amigo le insta a escuchar God Only Knows, el clásico de los Beach Boys incluido en su obra maestra, Pet Sounds, editado en 1966. Guryan queda fascinada con lo que para ella constituye una asombrosa novedad e inmediatamente se pone al piano y escribe Think Of Rain, su primera canción claramente pop, en la que, efectivamente, se aprecia el rastro de la barroca y delicada sofisticación que había alcanzado la banda de Brian Wilson, así como la influencia de otros contemporáneos, como Mamas and the Papas, Lovin´ Spoonful o Harry Nilson. La canción fue grabada con modesto éxito por Bobby Sherman y, sobre todo, por la por entonces muy popular Jackie DeShannon, favorita de la juventud estadounidense del momento desde que ejerciera de telonera en la primera gira americana de los Beatles, allá por 1964.

Su primer éxito importante llega en la versión que la banda de Chicago Spanky and Our Gang graba de la brillante Sunday Mornin´, que subió hasta el puesto número 30 de las listas de éxitos (diciembre del 67) y que fue retomada posteriormente por otros músicos, como Bobby Gentry y Glenn Campbell, Oliver o, en una versión en francés, Marie Laforêt. Otras canciones suyas son también lanzadas con desigual fortuna por Carmen McRae y Julie London, entre otros.

Animada por la buena acogida que tienen sus nuevas composiciones, retoma la idea de interpretar ella misma aquel repertorio y ficha por el sello Bell Records para grabar Take a Picture, un álbum verdaderamente formidable que, sin embargo, pasó totalmente desapercibido, a pesar de no estar lejos del nivel de auténticos clásicos de la época firmados por Honeybus, The Left Banke, Walker Brothers, Nick Drake, Lovin´ Spoonful o incluso los Zombies.

Delicado, intimista, dulce, refinado y luminoso, el disco es un elegante ejercicio de pop de cámara, brillantemente producido y arreglado, que incluye un generoso puñado de canciones enormemente consistentes ligeramente teñidas de psicodelia, jazz y folk.

Pero la carrera de Guryan como intérprete empezó y terminó casi al mismo tiempo. Amiga de la vida hogareña, la idea de salir de gira, hacer promoción del disco, tratar con agentes de prensa, promotores y abogados no era algo que le resultara precisamente seductor.

Su firme negativa a apoyar la promoción del disco con actuaciones en directo propició una decisión tajante de su compañía discográfica: no harían nada para impulsar la difusión y las ventas de Take a Picture, lo que puso al disco en una situación óptima para convertirse en una codiciada obra de culto cuyas copias originales en vinilo han cotizado -y siguen haciéndolo- a cifras indecentes en el mercado de segunda mano.

La carrera de Guryan, pues, continuó fuera de los focos y la atención mediática: durante las décadas de los 70 y 80 escribió para otros artistas, dio clases de piano, produjo discos y grabó ocasionalmente sin llegar a editar nada.

Take a Picture, sin embargo, seguía siendo una perfecta golosina pop y su peculiar embrujo iba ampliando lenta pero inexorablemente su radio de acción. A finales de los 90 la banda londinense Saint Etienne (liderada por el periodista Bob Stanley, autor, entre otros, de un exhaustivo, ilustrativo y enormemente entretenido libro llamado Yeah, Yeah, Yeah, todo un clásico de la literatura musical) hizo una versión de I Don’t Intend to Spend Christmas Without You, canción navideña que Guryan había escrito en 1967 para Claudine Longet, una artista francoamericana de cierto éxito entre los últimos años sesenta y primeros setenta.

En 1999, Linus Dotson (exquisito vocalista, multinstrumentista y compositor estadounidense con una excelsa discografía bajo el nombre de Linus of Hollywood) incluyó dos versiones de Take a Picture en su sobresaliente Your Favourite Record. Linus se pone en contacto con Guryan y acuerdan la reedición del ya legendario álbum. Además, un par de pequeños sellos independientes en Japón y España lanzan también sus respectivas reediciones.

Esta segunda vida del álbum no lo descubrió definitivamente al mundo, ni mucho menos, pero sí generó un renovado interés que propició el rescate de una serie de grabaciones de estudio que, en 2001, se publicaron en el álbum 27 Demos, una colección algo irregular y no tan consistente como Take a Picture, pero igualmente llena de canciones irresistibles que había grabado entre los últimos años sesenta y los primeros setenta.

El disco fue reeditado en varias ocasiones (también en formato de doble álbum en vinilo) con algunas canciones extras.

Ya en 2007, Margo reapareció con un single cuya cara A, 16 Words, había escrito unos años antes con motivo de la guerra de Irak. La letra contenía una sola frase: “El gobierno británico se ha enterado de que Saddam Hussein buscó recientemente significativas cantidades de uranio en África”. El disco se completaba con una canción igualmente política, Yes I Am, una diatriba que había compuesto en su día contra el presidente Nixon.

Apena pensar que quizá Margo Guryan habría podido desarrollar una carrera más fructífera, que aquel talento habría podido dar mucho más de sí. No pudo ser, pero sus canciones siguen luciendo como soles medio siglo después de su gestación.

Chris Connor. Moon Ride

Harry Belafonte. I´m On My Way to Saturday

Spanky & Our Gang. Sunday Mornin´

Margo Guryan. Someone I Know

Linus Of Hollywood. Shine

Margo Guryan. California Shake

Julie London. Come to Me Slowly

Carmen McRae. Can You Tell

Dawn Landes. Love

Margo Guryan. The Hum

Cass Elliot. I Think a Lot About You

Margo Guryan. 16 Words

Margo Guryan. Yes I Am

Ben Lester. California Shake

Pearl & the Oysters. Think of Rain

https://www.youtube.com/watch?v=p_alPppWIE0

Margo Guryan. Hold Me Dancing

Saint Etienne. I Don´t Intend To Spend Christmas Without You