Iglesias ha destacado que es la segunda vez que el INAEM lleva a cabo un proceso abierto y transparente para la selección de la dirección de este centro artístico. También ha recordado que el proceso de selección, cuya presentación de propuestas se inició el pasado 6 de julio, finalizó el 2 de septiembre con 26 candidaturas presentadas. Todas debían estar acompañadas de un proyecto integral de gestión para el Teatro de la Zarzuela. Así, el proyecto de Bianco pasará, por tanto, a ser la base del Plan Director que marcará las líneas generales de actuación del Teatro en los próximos cinco años.
La elección
«Las elecciones nunca son sencillas, pero en este caso sabíamos lo que buscábamos. El Teatro de la Zarzuela estaba atravesando un momento de impulso, tenía ya una proyección internacional, y es además un teatro muy complejo». Por eso se buscaba a una «persona de experiencia contrastada, alguien muy sólido».
«No están las cosas para experimentos», de manera que el INAEM ha valorado «la contrastada capacidad de gestión artística y técnica de Daniel Bianco en reconocidos teatros de ámbito nacional y su estrecha vinculación a la música española a lo largo de su prestigiosa carrera como escenógrafo».
«Nos parecía importante ‘que hubiera pisado el escenario’, pero también que tuviera una propuesta que pueda refrendar la proyección internacional del Teatro», ha afirmado Iglesias. «Este teatro tiene unas características complejas y para llevarlo hace falta mucha ilusión y muchas capacidades».
La propuesta de Bianco hace un especial hincapié en la contemporaneidad. Desde ella se cuidará el repertorio y el patrimonio. «Ha pensado en el género desde marcos internacionales y desde otros géneros, dándo una mirada más amplia. Así, la visión internacional se centrará especialmente en Latinoamérica, ya que es el lugar donde se vive de manera más vital. Daniel ha trabajado con muchísimos teatros en Latinoamérica y tiene muchísimos contactos».
Por otro lado, el jurado también ha valorado de manera capital la importancia que le da a los proyectos pedagógicos y a los nuevos públicos.
La casa de todos
El nuevo director confiesa que es un día muy importante para él porque esta casa fue la primera que le dio la oportunidad de mostrar su escenografía. Por eso, y por las grandes noches de ópera que ha pasado aquí, es un lugar muy especial para Bianco.
Para hablar de su proyecto, de sus objetivos y de su visión de Teatro, Bianco hace uso del guión de una zarzuela, escrito para la ocasión, en el que él mismo es el protagonista. Se titula Zarzuela en un acto y tres cuadros. En él explica su carrera, sus andaduras y su proyecto. En estas líneas dice cosas como: «Llego a esta casa sabiendo dónde entro y seguro de lo que propongo». Expresa que quiere «hacer del Teatro de la Zarzuela la casa de todos, acercando el género a nuestro tiempo, contando con los mejores profesionales y apostando por artistas emergentes. Ellos participarán en la tarea de combinar las tradiciones propias de la zarzuela con las aportaciones de renovación y puesta al día de sus títulos, haciendo asequible, comprensible y atractivo en el siglo XXI el género y sus muchas posibilidades».
Para Bianco, el público debe encontrarse con la zarzuela. «El teatro es la suma de esfuerzos. Desde aquí os pido a todos clemencia y un poco de tiempo. Quiero que el público encuentre en el TZ la curiosidad del descubrimiento y no tanto la dinámica del recuerdo», subraya. «Vengo a construir, a seguir construyendo sobre los que antes construyeron los cimientos. Hacia arriba y con muchas ventanas para que entre el aire fresco».
Grandes líneas del proyecto
1 – Programar, recuperar, conservar y difundir el repertorio lírico español: la ampliación del repertorio debe basarse en una labor de investigación y búsqueda de obras desde su valor musical y por su interés artístico.
2 – Difundir la zarzuela promoviendo coproducciones y alquileres de producciones propias del Teatro, dentro y fuera de España: además de prestigiar a la institución, la coproducción otorga la posibilidad de abaratar costes de producción y cachés y de conseguir representaciones en las sedes de los teatros coproductores.
3 – Reforzar el objetivo del departamento de actividades pedagógicas para preparar a los públicos del futuro, ampliándolo a través del programa ZARZA: “zarzuela por y para jóvenes”, con funciones matinales y de tarde en el Teatro en colaboración con los centros educativos de primaria y secundaria.
4 – Insistir en la búsqueda del mayor nivel musical y de interpretación y exhibición escénica con el fin de ofrecer espectáculos de calidad que conecten con el más amplio espectro de público.
5 – Incrementar y diversificar los públicos a través de una oferta estudiada: manteniendo en sus propuestas artísticas un lenguaje actual, y estableciendo vínculos con los artistas emergentes de la escena internacional, para alcanzar con ello el mayor impacto popular y la máxima contemporaneidad.
6 – Optimizar el uso de espacios y equipamientos: mediante proyectos como las “Visitas teatralizadas” o “Las notas del ambigú”, recitales para voz, piano y recitador, con música del mismo periodo que aquella de los espectáculos programados en el escenario.
7 – Garantizar la distribución óptima de los recursos humanos para asegurar la viabilidad del Teatro.
8 – Fomentar la participación de profesionales españoles de las artes escénicas. Poner en marcha un “Concurso de jóvenes talentos” y un “Concurso para una obra de encargo”.
9 – Desarrollar un plan de patrocinio explotando las posibilidades que ofrece el nuevo marco legal del mecenazgo en las artes.
10 – Elaborar nuevas estrategias de marketing y comunicación: crear un sello potente y definido del Teatro que sea reconocido a nivel mundial, que debe incorporar al mismo tiempo el atractivo de su programación, su marca de calidad y su talante innovador.
Proyección y consideraciones
Preguntado por la proyección internacional del teatro y su presencia en Latinoamérica, Bianco destaca que «tenemos que valorar que la zarzuela se canta en una lengua que hablan 500 millones de personas». Para él, esto es un potencial, sin duda, que se alimenta de que, además, «el público de Latinoamérica valora el mundo de la zarzuela incluso más que en España».
Sobre si el teatro albergará producciones de ópera durante esta nueva andadura, el argentino afirma que tiene una filosofía: la de sumar, nunca restar, y que todo lo que hará será para sumar y para mejorar el Teatro.
En cuanto a las renovaciones de los libretos, Bianco se muestra claro. «La zarzuela tiene un alto nivel, pero el libreto, en muchas de ellas, no tanto. En la ópera ocurre lo mismo, lo que pasa es que en la ópera se ha dado un salto y en la zarzuela no. Por eso creo que el libreto se puede tocar, rehacer con respeto. Si sirve para comprender la zarzuela, para hacer que llegue al público… Claro que se puede tocar. ¿Dónde fijar los límites? En el respeto y en la música, la música siempre es la que manda». En cualquier caso especifica que los cambios muchas veces hacen alusión a anécdotas fruto de la época que pueden crear cierta distancia con el espectador.
30 años de trayectoria
Daniel Bianco estudió Bellas Artes en la Escuela Superior de la Nación Ernesto de la Cárcova en Argentina con especialidad en Escenografía de Teatro y Cine. En 1983 se traslada a vivir a Madrid perfeccionando sus conocimientos trabajando como Ayudante de Escenografía y Vestuario en diversas producciones de ópera y teatro.
A su intensa actividad como escenógrafo se suma su experiencia en puestos de responsabilidad en importantes teatros como coordinador artístico, director técnico y de producción. Ha sido coordinador artístico (1986-1989) y director técnico (1989-1991) del Teatro María Guerrero (Centro Dramático Nacional), del Teatre Lliure de Barcelona (1993), y de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (2001-2002) y, hasta el 2007, del Teatro Real de Madrid, coordinando el trabajo de 300 personas así como la supervisión de todo el proceso de producción, y donde ha colaborado con prestigiosos directores de escena, musicales y artistas. Desde 2008 es director artístico adjunto del Teatro Arriaga de Bilbao.
Como escenógrafo ha realizado diversas producciones de ópera, zarzuela, ballet y teatro de prosa: Don Gil de Alcalá, La Corte de Faraón, Don Giovanni, Cyrano de Bergerac, Las Bicicletas son para el verano, Medea, La Gaviota, etc. Ha colaborado con la Compañía de Danza Cristina Hoyos, con la compañía de Ballet de Sara Baras y con Lluís Pascual.
Junto a Emilio Sagi mantiene una estrecha colaboración que comenzó con El Chanteur de México en el Teatro del Châtelet de París y La Generala, que se representó en el Teatro de la Zarzuela. Fue allí donde también estrenó el musical The Sound of Music con el que obtuvo uno de sus éxitos más comentados.