En esta década, el lector sevillano podía sumar al placer de la búsqueda de libros el pasear por lo que antiguamente fuera el patio de butacas de un teatro que comenzó su actividad en 1905. El que fue conocido finalmente como Teatro Imperial, que adoptó a lo largo de una centuria los nombres de Salón Suizo, Café Teatro Suizo o Teatro Palacio Edén, compaginó su actividad escénica con la cinematográfica.
El catedrático Rafael Utrera [1] habla en Imágenes cinematográficas de Sevilla [2] de las primeras proyecciones que llegaron a la capital hispalense, que iniciaron su actividad en el entonces Salón Suizo el jueves, 17 de septiembre de 1896: «Las primeras películas ofrecen referentes extranjeros tanto en sus localizaciones como en sus personajes: del desfile de un regimiento en Long Champs a la llegada del tren a la estación de Joinville, de la actuación de Maskeline a la coronación de Rosiere. Itinerante en sus iniciales semanas, dará paso inmediatamente a otras experiencias, de filmación y exhibición, llevadas a cabo por operadores de las casas Lumière y Urban quienes aportarán las primeras notas de arquitectura, folklore y color local del sugerente entorno sevillano».
Hasta el año 2000, fecha de su cierre, el Teatro Imperial se erigió como un palco de referencia en el ámbito cultural de Sevilla, convirtiendo a la calle Sierpes en un epicentro artístico alejado del carácter fundamentalmente comercial que posee en nuestros días.
Es en 2004 cuando Beta comienza su actividad comercial en el número 25 de la calle Sierpes. La reformulación del espacio escénico dio forma a una librería de disposición original. El vestíbulo se abría para dar paso al patio de butacas. Los espectadores de cara al escenario pasaban a ser un millar de libros con un silencioso papel ante la mirada de quienes paseaban ante ellos.
El paraíso también se guardaba una buena colección de títulos para quien quisiera subir. Y sobre el escenario que albergara un siglo de representaciones, libretos de teatro, para quien añade un tomo a su colección soñando con subir a las tablas.
Aunque la librería Beta posee actualmente otros seis establecimientos en Sevilla (República Argentina, Luis Montoto, Eduardo Dato, San Pablo, Viapol Center y Asunción) y su actividad continuará en Sierpes, a solo diez metros de distancia (el número 26), pierde un local mítico. Pocos detalles se conocen sobre el motivo de dicha decisión. Desavenencias contractuales, según se deja entrever.
El destino del Teatro Imperial es incierto por el momento. La vida cultural de la ciudad necesita urgentemente que el espacio no quede vacío o, en el peor de los casos, reconvertido en una cafetería de moda. Hasta que algún comunicado oficial disipe las dudas, solo queda esperar que el número 25 de la calle Sierpes perpetúe su legado apostando por la cultura.