De aquí la utilidad de esta exposición, que al mostrar los tebeos editados en ambas retaguardias de la España en guerra civil, aporta una nueva visión de aquel tiempo histórico desde estos documentos. Tebeos que son modelo de lecturas y de propuestas estéticas, pero también del uso propagandístico de la prensa y de la utilización partidista y muchas veces panetaria del lenguaje de la historieta.
Conocer la vida diaria
Hasta la fecha, estas publicaciones han sido ignoradas absolutamente por los historiadores profesionales al estudiar la guerra civil española. También estos tebeos son desconocidos para la inmensa mayoría de los investigadores específicos del tebeo y el cómic españoles, pese a la signicación que tienen, especialmente cuando están dirigidos a los lectores infantiles y juveniles, para conocer mejor numerosos aspectos de la vida diaria en las dos Españas en guerra.
Si el tema es importante objetivamente y merecedor de investigación académica, también lo es en los niveles de información y difusión ante el gran público. Más aún en estos años que signican el setenta aniversario de los tres de la guerra civil española, y teniendo en cuenta que el Congreso de los Diputados fijó el año 2006 como el de la recuperación de la memoria histórica.
Los tebeos de la guerra civil española expresaban y comunicaban el clima de guerra a la sociedad civil a través de los niños lectores, muchas veces como agentes activos de la guerra de papel de la propaganda, mostrando las consignas, arquetipos políticos, campañas de opinión, el reflejo de los hechos de armas, la manipulación de la opinión… y, sobre todo, el adoctrinamiento ideológico al que se sometió a los niños de la guerra a través de muchos de aquellos tebeos.
Es sobre estos tebeos, sobre la Guerra de España, y sobre las gentes que la hicieron, pero, más aún, por los niños que padecieron la guerra, donde se centra esta exposición, con la que se quiere mostrar los textos y las historietas de aquellos tebeos, y cómo sus páginas reflejaban los acontecimientos de la guerra. Y cómo muchas historietas e imágenes publicadas en aquellos tebeos eran frecuentemente parte de la propaganda de guerra y por ello daban una interpretación sesgada de los hechos bélicos y de la política, según que el grupo editor perteneciera a uno u otro lado, a una u otra España.
Hilo cronológico
Al mostrar los tebeos siguiendo un hilo cronológico en el que los títulos de cada bando se alternan, esta Exposición permite comparar cómo un mismo momento histórico era interpretado de forma muy distinta según los planteamientos ideológicos de distinto signo. Así, hay que situar estos documentos gráficos en relación con la cronología y con los principales momentos de la guerra civil española.
Al mismo tiempo, el análisis de sus contenidos proporciona datos suficientes para mejor valorar y comprender la existencia y la función de los tebeos de la guerra civil española, así como la forma en que las páginas de aquellas publicaciones reflejaban la vida diaria en la retaguardia y cómo se veía desde cada lado la lucha en los frentes. Incluso la propia evolución técnica, estética y de contenidos marca el reflejo de la evolución de la guerra y de la política.
Hay que tener en cuenta que no existe ningún tebeo, ninguna historieta de tema bélico, y mucho menos si se trata de una guerra civil, que por su contenido pueda ser total y absolutamente inocente. El cómic, la historieta, es un medio de comunicación y por sí mismo y como medio no tiene intención. Es la obra que un autor narra mediante el lenguaje de la historieta la que adquiere una intención, una carga moral y un contenido ideológico determinados, y ello se produce a través del autor y del editor, e incluso más aún, en un país en guerra, a causa de las fuerzas políticas y militares en presencia.
Por ello, cuando vemos los tebeos que recibieron los niños durante los tres años de la guerra civil española, hay que tener siempre presente que en aquella circunstancia no hubo, no podía haber, ninguna historieta ni ningún tebeo que quedase al margen de aquella guerra. Algunos tebeos podían ser, como de hecho ocurrió, más o menos triviales, apartidistas, puramente industriales o comerciales, pero incluso esto marca un sentido y da un significado a tales publicaciones, en momentos en los que la norma era la politización a ultranza.
Nada al margen de la guerra
Hay que recordar que la guerra civil española se gestó desde una fuerte radicalización política, que el fallido golpe de estado de los militares sublevados contra la legalidad republicana aumentó exponencialmente. Así, la guerra provocó un amplio despliegue propagandístico, que pronto se canalizó en una auténtica guerra de papel paralela a los hechos de armas. Del lado republicano tuvo su mayor intensidad y calidad en el cartel y en la prensa de partidos y de trincheras, mientras que del lado franquista se cifró, sobre todo, en la multiplicación de revistas, diarios y folletos, siendo precisamente los tebeos los que jugaron un papel de gran y especial importancia en esta guerra de papel.
Fueron los carlistas y los falangistas, fuerzas altamente politizadas, quienes se aplicaron inmediatamente a catequizar y encuadrar a los niños mediante la prensa de historietas, los tebeos y revistas, con historietas y dibujos contundentes, de baja calidad, pero altamente eficientes como armas de la guerra ideológica. Curiosamente, en el lado republicano la reacción inicial en los tebeos fue mínima o inexistente, ya que, fuera de unas esporádicas y folclóricas alusiones a la guerra en el año 36, no va a ser hasta 1937 cuando la guerra llegue a las páginas de los tebeos republicanos.
Es a partir 1937 cuando la utilización propagandística de la historieta y de los tebeos alcanzó sus niveles más altos. En San Sebastián en las obras, historietas, ilustraciones y cubiertas de los tebeos Pelayos y Flecha. Y del otro lado, en algunos tebeos editados en Barcelona, como Pionero Rojo y en el único tebeo que se editó en Bilbao, El Pionero. Sin que las historietas que se publicaron en los tebeos y revistas republicanos llegaran nunca a alcanzar la acritud, la acidez y la brutalidad de los tebeos franquistas dirigidos a los niños.
Muestra muy amplia
Todo ello y mucho más puede verse en la exposición Los Tebeos de la Guerra Civil. Niños y Propaganda, que se ofrece en la Sala Santo Domingo de la Cruz desde el día 18 de diciembre, bajo el patrocinio del Ministerio de Cultura y con la colaboración del Ayuntamiento de Salamanca y la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura. No están todos los tebeos que se editaron en aquellos años trágicos de la guerra civil española, pero sí es una muestra muy amplia y representativa de los mismos, que los visitantes interpretarán desde las lecturas personales que cada cual haga de estos tebeos desde su propio pensamiento e ideas.
Sólo cabe recordar que los tebeos expuestos ahora en Salamanca son un ejemplo e caz y muy representativo de la guerra de papel de la propaganda, que se desarrolló, e caz y paralela, a compás de los acontecimientos, las batallas, la muerte y las profundas alteraciones de la guerra civil española. Unos y otros tebeos, todos los editados en aquellos tres años, son instrumentos válidos para la recuperación de la memoria histórica de nuestro pasado. En sus páginas, sus historietas, sus colores y sus palabras se encuentra la memoria de la Guerra de España, en lo peor y sobre todo en lo mejor, más allá de políticos y banderías, en aquel viento de esperanza que por un momento hizo creer a unos y a otros, a todos los españoles en guerra, que era posible construir un mundo distinto y que todos creían sería mejor.
Antonio Martín
Comisario de la Exposición
Salamanca. Los Tebeos de la Guerra Civil Española. Niños y Propaganda. 1936-1939. Sala Santo Domingo de la Cruz.
Hasta el 25 de enero de 2009.