Las intervenciones a realizar en el edificio están marcadas por un programa de necesidades y un plan museológico que aúnan la rehabilitación de la sede histórica con la mejora de su discurso expositivo, la modernización de sus instalaciones y, sobre todo, la transformación de los espacios de recepción y circulación para facilitar el acceso. El objetivo es, por tanto, la integración del Museo -de titularidad estatal y gestión transferida- en la corriente de museos de nueva generación, capaces de lograr una mayor interacción social y reconocimiento cultural, de modo que sean inclusivos y receptivos para toda la ciudadanía.
El edificio se construyó con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 en el entorno del Parque de María Luisa, enfrentado al antiguo Palacio de Arte Antiguo o Pabellón Mudéjar, actual Museo de Artes y Costumbres Populares. Responde a un proyecto de estilo, imitando lo que los historiadores llamaron Renacimiento Plateresco, y sigue la línea del Pabellón Urioste de la Exposición de París de 1900 y del edificio Salaverry para Blanco y Negro.
En su día fue construido con materiales de limitada calidad, como respondía a su condición de pabellón efímero. Se trata de una construcción exenta, longitudinal, rodeada de amplios espacios libres en todos sus frentes. Se compone de nueve cuerpos distribuidos de forma simétrica y longitudinalmente respecto de un eje central, marcado por el acceso principal. El gran cuerpo central se organiza en torno a un gran salón oval.
En 1942 se trasladaron al edificio las valiosas colecciones arqueológicas del Antiguo Convento de la Merced y se constituyó como nueva sede del Museo Arqueológico de Sevilla. Con el paso de los años las colecciones fueron incrementándose con nuevas piezas, lo que llevó, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, a realizar diversas intervenciones para adecuar, ampliar, reparar y modernizar el edificio.
El proyecto de Vázquez Consuegra persigue solventar los déficits funcionales y técnicos del edificio con una actuación integral que también busca revertir las sucesivas adiciones parciales realizadas. Además se propone restaurar la imagen y espacialidad del edificio primitivo mientras se mantiene el programa de usos, optimizando su operatividad.