El estudio, realizado por arqueólogos y egiptólogos del MAN y radiólogos del Hospital Universitario, ha confirmado el género de las momias, la edad y ha desvelado el proceso de momificación, entre otros detalles. La mayor sorpresa llegó con Nespamedu, sacerdote de Imhotep el Grande que procede de la necrópolis de Saqqara (Menfis), que ahora se ha revelado que fue también médico del faraón.
La momia, que está vendada y cubierta por diferentes resinas para su conservación, se estima que tenía 50 años en el momento de su muerte. El estudio radiológico ha permitido descubrir 25 piezas ocultas bajo sus vendas. Se trata de nueve ornamentos o adornos, formados por una diadema, un collar usekh, brazaletes, pulseras, sandalias y 16 amuletos que representan entre otros a los Hijos de Horus y al dios Thot, «todas las escenas están relacionadas con escenas funerarias y con la profesión de Nespamedu», asegura Mª Carmen Pérez Die, conservadora del MAN.
Radiólogos y arqueólogos han determinado que estos objetos del interior son del mismo material que los cartonajes exteriores de la momia, lo que confirma que se trata de la momia del médico del que hablan los textos del cartonaje. Para llegar a esta conclusión hubo que volver al escáner con piezas que ayudaran a determinar el material de los objetos que se encontraban entre las vendas. «Lo que teníamos claro es que estaban en relieve, no era pintura porque si no no se podrían ver», ha explicado el radiólogo Javier Carrascoso.
Pero lo más interesante de esta momia ha sido su reconstrucción facial, «fue impresionante poder ver su rostro 3.000 años después», rememora Carrascoso. Para ello se ha contado con la colaboración de médicos forenses a partir de las imágenes de alta resolución obtenidas del TC.
Diferentes momificaciones
Este estudio con técnicas no invasivas ha confirmado que las otras dos momias egipcias son mujeres, una joven y otra anciana. Hay diferencias significativas con respecto a la de Nespamedu, ya que esta tuvo una momificación cuidada, «es una verdadera obra de arte», confirma la radióloga Silvia Badillo, ya que se han encontrado «hasta tres tipos distintos de tejido en los vendajes, que se cubrieron con una capa de resina para su conservación. Mientras que la momia de la anciana sólo estaba vendada sin resina y la de la joven contenía unos vendajes descuidados que dejaron al descubierto su cara».
Otro dato importante es que la mujer joven, que vivió durante el Tercer Periodo Intermedio (845 a. C. – 664 a. C.), tiene varias luxaciones posmortem, producidas probablemente durante el proceso de embalsamamiento, y se ha encontrado «artrosis en las caderas por lo que creemos que pudo estar embarazada», concluye Badillo. En general, las tres momias egipcias conservan peor dentadura que la guanche, que gracias a su alimentación conserva todas las piezas dentales en perfecto estado.
El estudio de la momia canaria, una de las mejor conservadas de la cultura aborigen, demuestra que mantiene todos sus órganos y fue sometida a un cuidadoso proceso de momificación en el que «primero se lavaba y secaba al sol o se utilizaba arena caliente. También se ungía con distintos aceites orgánicos e inorgánicos de propiedades astringentes», ha explicado la conservadora del MAN, Teresa Gómez Espinosa. Con esto la investigación confirma la teoría de que las momias guanches no se evisceraban, algo que sí ocurre con las egipcias. Además, estas se cubrían posteriormente con pieles de cabra u oveja superpuestas.
Los resultados de este estudio se verán en el documental La historia secreta de las momias, coproducido por TVE y Story Producciones.