El Frontón Beti Jai –nombre en euskera que significa ‘siempre alegre’– fue inaugurado el 29 de mayo de 1894, siguiendo un proyecto del arquitecto Joaquín Rucoba, en un momento en el que el juego de pelota vasca estaba en apogeo en toda España.
Ocupa una parcela de 3.609 metros cuadrados y la superficie construida alcanza los 10.800 metros cuadrados. Está realizado en diferentes estilos, entre los que cabe destacar el eclecticismo de la fachada principal, el neomudéjar presente en algunas partes del interior y la arquitectura del hierro característica del siglo XIX. Tiene una cancha al aire libre de 67 m de largo, 20 m de ancho y 11 m de alto. Alrededor de la misma se extienden las gradas, que rodean la pista por sus lados oriental y meridional, dibujando una planta semi-elíptica.
125 años de historia
El Beti Jai acaba de cumplir 125 años. Funcionó como frontón hasta 1918 y a partir de 1919 tuvo diversos usos como taller de coches, comisaría de policía, cárcel, y taller de objetos de escayola y cartón piedra, entre otros.
Fue declarado monumento nacional en 1991 y Bien de Interés Cultural en 2011. En mayo de 2015, el Ayuntamiento finalizó el proceso de expropiación (31 millones de euros), dando inicio así a los trabajos para recuperarlo sin alterar su esencia.
Las obras de rehabilitación finalizaron el pasado mes de enero y durante el proceso se ha realizado un minucioso trabajo de investigación (recurriendo a periódicos de la época, fondos documentales de bibliotecas, colaboración con asociaciones y expertos) para que el ‘nuevo’ Beti Jai fuera lo más fiel posible al original.
El nuevo Gobierno municipal tendrá que hacer un proyecto para aprovechar las instalaciones, que tienen un uso deportivo y podría acoger también actividades culturales.