Cerrada habitualmente por motivos de conservación, la Torre de las Infantas o Qalahurra nueva de Muhammad VII es uno de los casos más significativos del sorprendente contraste entre la sobriedad exterior y la riqueza arquitectónica y decorativa interior.
Partiendo de la sencillez exterior, con un paramento liso interrumpido únicamente por los vanos de las ventanas, se crea en un interior espacioso a pesar del poco espacio a través de la distribución de espacios y de la riqueza decorativa por medio de azulejos, yeserías y cubiertas.
Es un ejemplo de la gran habilidad de la arquitectura nazarí para conseguir el máximo aprovechamiento de un espacio en su interior. Su denominación está unida al cuento de las tres princesas (Zaida, Zoraida y Zorahaida) que escribió Washington Irwing en Cuentos de la Alhambra.
La torre, construida durante el reinado del sultán Muhammad VII (1392-1408), presenta una estructura arquitectónica semejante a la de su vecina, la Cautiva, se considera una torre-palacio y fue el último edificio de importancia que se construyó en la ciudad palatina.