En abril de 2012, los asaltantes accedieron a la vivienda del coleccionista practicando un butrón y sustrajeron de su interior las piezas, datadas entre los siglos I a C y I d C, y otras joyas que forman un conjunto valorado en unos 600.000 euros. Días antes del robo un grupo de trabajadores había realizado obras de reforma en el domicilio asaltado, hecho que se continúa investigando.
Rastreo internacional
Con la información aportada por el coleccionista, la Policía difundió las piezas sustraídas más relevantes. Dicha búsqueda propició que 204 de estas monedas fueran localizadas en una sala de subastas de Barcelona. Los responsables de la sala comunicaron a los investigadores que un joyero de Madrid había depositado las piezas en su establecimiento para su tasación y venta.
Tras recibir esta información, los agentes identificaron al depositante de las monedas, que ha sido arrestado, y se comprobó que era propietario de varios establecimientos de compra-venta de oro en Madrid. Finalmente se llevaron a cabo inspecciones de los locales regentados por esta persona y, en uno de ellos situado en una céntrica calle de la capital, se hallaron el resto de piezas de la colección sustraída.
La investigación ha sido desarrollada por agentes del Grupo I de la Brigada de Patrimonio Histórico adscrita a la UDEV Central de la Comisaría General de Policía Judicial, Grupo de Patrimonio Histórico de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Barcelona, y Grupo XI de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid.