La obra desapareció de Estocolmo el 11 de mayo de 1987y su valor hacía improbable, según explicó el entonces director del museo sueco, que fuera vendido en el mercado tradicional, por lo que la búsqueda desde el primer momento se centró en los traficantes de obras de arte. Sin embargo, no fue hasta hace pocas semanas cuando el Registro de Arte Perdido [1], la mayor base de datos de obras robadas, encontró una pista sólida sobre su paradero.
Registro mundial
El registro detectó una incursión en su catálogo online de un usuario externo, Charles Roberts, que se interesó desde Essex (este de Inglaterra) por la descripción que de la obra desaparecida de Matisse hacía la organización. Roberts estaba a punto de cerrar el trato de compra y quería comprobar si la obra era realmente la sustraída de Suecia hace más de dos décadas.
Tras comprobar que era el Matisse robado, el director del Registro, Christopher Marinello (en la imagen), negoció la recuperación de la pintura, que será trasladada al museo de Estocolmo en las próximas semanas. «Las obras de arte robadas no tienen valor real en el mercado y terminan reapareciendo siempre… Es sólo cuestión de tiempo», explicó Marinello, que ya recomendó al museo hace 25 años no pagar ningún rescate por el cuadro y esperar.