Esta expedición, enmarcada en los parámetros de la Convención Internacional de Patrimonio Subacuático de la UNESCO, está basada en la cooperación institucional a nivel nacional e internacional y constituye una buena muestra de la capacidad de España a nivel científico y tecnológico en la protección de su patrimonio subacuático hundido en aguas profundas.
Los objetivos con los que parte esta nueva campaña son ampliar el conocimiento del pecio, principalmente del estado de conservación de los materiales y su evolución; registrar la dispersión de los restos de la fragata; continuar el posicionamiento de todos los restos arqueológicos y avanzar en la interpretación y análisis del barco, además de completar la cartografía de la zona del hundimiento.
Para todos estos trabajos se cuenta por primera vez con uno de los buques de investigación gestionados por el CSIC a través de la Unidad de Tecnología Marina (UTM): el Buque Oceanográfico Sarmiento de Gamboa. Esta embarcación está considerada como la más moderna y mejor equipada de la flota oceanográfica financiada por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Entre los equipos de vanguardia que se emplearán en la campaña arqueológica figura un robot submarino remoto (denominado R.O.V., Remote Operated Vehicle) del Instituto Español de Oceanografía.
A la tripulación del Sarmiento Gamboa se sumará el equipo de la campaña, integrado por 22 personas. Está previsto que la expedición dure aproximadamente 10 días, tomando tierra en Cartagena (Murcia), donde está ubicado el Museo Nacional del Arqueología Subacuática que dirige toda la campaña.
Campañas anteriores
En dos años consecutivos (agosto de 2015 y septiembre de 2016), España ha conseguido realizar una exploración y excavación subacuática en alta profundidad, concretamente a 1.133 metros, lo que la convierte en pionera a nivel mundial. Hasta el momento las excavaciones de arqueología subacuática realizadas en Europa no habían superado los 90 metros de profundidad. Otras inmersiones con un ROV habían llegado a varios centenares de metros pero limitadas a la fotografía y filmación de los fondos. La prioridad de estas expediciones ha sido siempre el conocimiento para garantizar la conservación presente y futura del pecio, ya que constituye patrimonio cultural de todos.
Tanto en la campaña de 2015, como en la de 2016 se midieron las variables que pudieran afectar a su conservación: salinidad, corrientes, alteraciones de carácter natural, tanto biológico como geológico, entre otras. También se configuró un mapa arqueológico de la fragata y de su cargamento, en el que se localizaron y posicionaron varios cientos de objetos arqueológicos. En el marco de estos estudios se han extraído un total de 51 objetos, elegidos por estar en riesgo de desaparición, bien por su fragilidad, bien por su ubicación, así como por permitir documentar aspectos de la vida a bordo de la fragata, que enriquecen el conocimiento actual de la misma.
Entre estos bienes figuran: un cañón pedrero de bronce de 80 centímetros; un almirez y su maja de oro; una palmatoria de plata; dos candeleros, una gran fuente, platos, tenedores y cucharas todos ellos de plata, que se encuentran hoy día en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática en Cartagena. Todos los objetos extraídos aparecen citados expresamente en los documentos del Archivo General de Indias, en Sevilla, con lo que España despeja cualquier duda sobre la identificación definitiva del pecio con la fragata Mercedes, hundida el 5 de octubre de 1804.