Este parque arqueológico, al frente de cuyas excavaciones están el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, el arqueólogo Enrique Baquedano y el geólogo Alfredo Pérez González, estará abierto al público de martes a sábado, en horario de 10.00 a 15.00 h, y los domingos de 10.00 a 12.00 h. Los interesados en experimentar un viaje a la prehistoria deberán registrarse para concertar las visitas guiadas en la web del Valle de los Neandertales.
Situado en Pinilla del Valle, este lugar se ha convertido en un centro de excepcional interés científico al haberse hallado el primer enterramiento infantil de estos homínidos documentado en la Península Ibérica y en Europa, lo que sugiere la existencia de conductas rituales.
Las excavaciones realizadas en los yacimientos durante los últimos 14 años han aportado interesantes descubrimientos, entre ellos la cabeza de un rinoceronte, un fósil hallado en la campaña de 2015. Además se ha terminado de reconstruir una mandíbula infantil, perteneciente a una niña de dos años conocida como “La niña de Lozoya”, el primer enterramiento documentado de la Península Ibérica y de Europa.
A ella se unen los restos de otros tres individuos neandertales, que fueron localizados en los tres yacimientos: la Cueva del Camino, el Abrigo de Navalmaíllo, la Cueva de la Buena Pinta y la Cueva Des-Cubierta, y tienen una antigüedad de hasta 90.000 años.
Entorno privilegiado
Arsuaga, Baquedano y Pérez González han destacado el valor de este proyecto científico. El valle perdido de los Neandertales debe su importancia al entorno casi intacto y privilegiado en el que vivieron en esta zona de Madrid. Estos homínidos vivieron en un vergel, rodeados de manadas de uros, ciervos, gamos y rinocerontes, además de leones, leopardos, bisontes, lobos y otros depredadores.
Los yacimientos permitirán a los visitantes observar los cubiles de hienas, además de los restos de los campamentos neandertales, como las piedras talladas (industria lítica) con las que curtían las pieles y elaboraban objetos o restos de herbívoros consumidos. En palabras de los directores del proyecto, el Valle de los Neandertales fue un lugar privilegiado para estos homínidos, que proceden de la evolución del homo heidelbergensis, cuya mejor representación se encuentra en la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca, un auténtico paraíso para vivir en el Pleistoceno superior.