El conjunto dolménico está formado por tres elementos: los dólmenes de Viera y Menga y el tholos del Romeral, excepcionales ejemplos de la cultura megalítica, así como por dos hitos paisajísticos de primer orden: la Peña de los Enamorados y la sierra de El Torcal de Antequera, que albergan, a su vez, valiosos yacimientos arqueológicos.
Entorno natural
La consideración del carácter monumental de sus construcciones megalíticas y de la belleza de las formaciones naturales que conforman su entorno, que tan fielmente reflejan las relaciones que se establecen durante el Neolítico entre los elementos megalíticos construidos por el ser humano y su entorno natural, han sido determinantes para su elección.
Este conjunto se presenta como un ejemplo representativo de la arquitectura dolménica del sur de Europa. Una forma cultural especialmente significativa por su monumentalidad que carece, por ahora, de representación en la Lista de Patrimonio Mundial.