Situado en la plaza de Tirso de Molina, este espacio escénico fue inaugurado en 1932 con el nombre de Progreso y es uno de los decanos en la escena madrileña. Programa habitualmente espectáculos escénicos y musicales. En la actualidad estaban actuando Bertín Osborne y Paco Arevalo, con la obra Por Humor al Arte, y el ilusionista Anthony Blake.
Según un comunicado emitido por la empresa que gestiona el teatro, «este cierre está basado en una normativa de Medio Ambiente del año 2011 y que obliga a un aislamiento sonoro de 80 dbs, que edificios como el del Nuevo Apolo, con 83 años de historia, no cumplen. Según los ingenieros especialistas en aislamientos acústicos, difícilmente ningún teatro de la capital y seguramente ninguno de España tenga ese aislamiento, absolutamente innecesario e imposible de cumplir, siempre desde el punto de vista de los expertos e ingenieros acústicos. Incluso dudan de que el mismo Teatro Español (municipal) o el Circo Price (municipal) la cumplan. Se da la paradoja de que Patrimonio tiene catalogado el Apolo como “edificio de máxima protección” y en el que es prácticamente imposible hacer obra de ningún tipo, aunque de cualquier manera los técnicos no garantizan pasar de los 65/70 dbs de aislamiento. Para evitar molestias el teatro adecuó y modificó sus equipos de sonido a finales de 2013, con el objetivo de evitar toda molestia a los vecinos y no sobrepasar los límites legales de 35 dbs de transmisión sonora. Contamos con la aprobación de todos los vecinos por escrito, afirmando que el teatro no supone ninguna molestia, todos excepto un propietario, que exige que se cumpla la normativa de aislamiento acústico (80dbs) y no la de transmisión (35dbs) que ya cumplimos. Este vecino vive fuera de España y tiene arrendado el piso a unas inquilinas, las cuales también han firmado junto al resto de vecinos, corroborando que el teatro no supone ninguna molestia».