Pero, a diferencia de lo que ocurre en nuestro país, las razones de los editores digitales franceses sí han sido escuchadas y el Ejecutivo de François Hollande ha manifestado que a partir de febrero aplicará a los medios de comunicación en Internet el mismo tipo de IVA que a la prensa escrita.
Esta decisión de igualar el impuesto que grava a las empresas periodísticas, independientemente del soporte en el que editen sus publicaciones, choca con la caduca normativa de la Unión Europea, que considera la información online como una prestación de servicios, mientras que a la prensa impresa la conceptúa como una entrega de bienes.
Excepción cultural
Además, el Gobierno de Hollande empezó a aplicar, desde el pasado 1 de enero, un gravamen superreducido del 5% para las entradas de cine (en España sufren un 21%), cinco décimas por debajo del IVA de los bienes de primera necesidad como el pan o los manuales escolares. Y ahora anuncia esta nueva rebaja para «garantizar la neutralidad tecnológica entre el papel y la información en línea, unificando los tipos impositivos de ambas».
En nuestro país se mantiene esta diferencia de trato fiscal para las empresas de medios, con tasas del 21% para las que eligen una plataforma online para su distribución y un 4% para las que lo hacen en papel. Este brutal desajuste también se produce con los libros electrónicos frente a los impresos.
¿Cuál es la diferencia?
En Francia, los editores llevan años señalando que la única diferencia entre los dos tipos de prensa es el soporte en el que se consumen sus contenidos, lo que no justificaría ni el argumento dado por la UE ni su baremo a la hora de aplicar las tasas.
Las empresas digitales francesas han calificado este paso hacia delante de su Gobierno como “una decisión valiente”. Antes de este anuncio, las empresas Mediapart, Indigo y Terra Eco llevaban tres años desafiando la ley al acogerse al tipo superreducido del 2,1%.