El jurado le ha concedido por unanimidad este premio por «la intensidad de su obra, que explora la compleja relación entre el espacio ilusionista de la pintura y la presencia física de la escultura. La radicalidad de su trabajo y su manera de conceptualizar la pintura sin perder el indudable atractivo formal le ha servido para ganarse el respeto y un lugar destacado en el contexto nacional e internacional. Su obra siempre ha mirado hacia España, con referencias a la realidad cromática de Velázquez y Zurbarán, el apego a la realidad en la pintura de autores como Millares o Tàpies y la ironía de Buñuel, Valle Inclán, Picasso o Goya».
A finales de la década de los ochenta, y tras licenciarse en Filosofía y Letras en la Universidad de Santiago de Compostela, Ángela de la Cruz se traslada a Londres. Allí inicia sus estudios en el Chelsea College of Art y más tarde en el Goldsmiths College y la Slade School of Art (University College, Londres). Ha sido la única artista española finalista del prestigioso Premio Turner (2010) por su exposición After en Camden Arts Center.
En 2004, con su obra Clutter with Wardrobes [Conglomerado de armarios], comienza a incorporar a sus obras objetos y muebles, casi siempre encontrados o recuperados de la calle; sillas que prolongan sus patas como si fueran prótesis que imposibilitan cualquier tipo de equilibrio. En ese mismo período realiza su primera exposición individual en España, inaugurando el Espazo Anexo del MARCO de Vigo con Larger than Life (2004).
Un año más tarde sufre una hemorragia cerebral, cuya recuperación supuso una larga estancia en el hospital. La primera obra que realiza después, Deflated (2009-2011), un lienzo sin bastidor que cuelga de un tornillo como si de un abrigo se tratara, marcará un punto de evolución. Este ejemplo de superación personal se traslada a la obra de un modo especialmente intenso y dramático, pero al mismo tiempo, y sorprendentemente, no exento de ironía y sentido del humor.
Autodestrucción pictórica
A primera vista, las pinturas de Ángela de la Cruz parecen haber sido destrozadas o flagrantemente abusadas. Los bastidores deformados o rotos y los lienzos torcidos son después colgados sobre la pared o apoyados en el suelo como trofeos. Aun siendo este acto de modificación de las formas totalmente deliberado y sistemático, es él mismo el que informa del resultado final.
Emocionalmente cruda, astuta y bruscamente irónica, De la Cruz se plantea su visión del lenguaje de la pintura, incorporando la autodestrucción de la pintura en el trabajo mismo.
Es una de las artistas españolas más internacionales, trabaja con varias galerías nacionales e internacionales, está presente en todos los manuales de referencia y catálogos sobre pintura de los últimos años, y mantiene una intensa relación con nuestro país, habiendo presentado en 2015 exposiciones en espacios como La Panera de Lérida o la Fundación Luis Seoane de La Coruña.
El jurado ha estado presidido por Luis Lafuente, director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, y como vicepresidenta ha actuado Begoña Torres, subdirectora general de Promoción de las Bellas Artes. Además ha estado compuesto por los siguientes vocales: David Barro, editor y comisario de exposiciones; Vanesa Cejud, investigadora y crítica de cultura visual contemporánea; Carolina Díaz, directora de la Fundación ARQ ART; Amparo López, productora cultural; Tania Pardo, responsable de exposiciones en La Casa Encendida y profesora asociada de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, y Alfonso de la Torre, teórico y crítico de arte.
El premio, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, está dotado con 30.000 euros.