Su pieza, un ensayo fílmico de 54 minutos titulado It for others (“ello para los otros”), que se vio por primera vez en el pabellón escocés de la Bienal de Venecia de 2013, era la favorita de las cuatro obras seleccionadas. Los otros tres finalistas del premio eran Ciara Phillips, James Richards y Tris Vonna-Michell.
Inspirada por el documental de Alain Resnais y Chris Marker Las estatuas también mueren (1953), una crítica a la explotación del arte africano por el coleccionismo europeo, la obra de Campbell amplía su exploración sobre los usos y el valor del arte a través de cuatro capítulos. En uno cuestiona el efecto de sustraer de su cultura original los bronces de Benín que se exhiben en la sala 25 del Museo Británico. En otro, un ballet de figuras negras genera ecuaciones e ideas de El capital. En el tercero se exhibe un anuncio con formas humanas y otro más cuestiona la utilización comercial y política de las imágenes de militantes del IRA.
Tres de los seleccionados (Phillips y Vonna-Michell, además del propio Campbell) son licenciados en la Escuela de Arte de Glasgow. Además, Campbell es el cuarto graduado en esta Escuela en conseguir el Turner en la última década. Todo un éxito para el arte escocés.
Variedad y vitalidad
La Tate concede el Turner Prize desde 1984 al artista menor de 50 años que haya realizado la mejor exposición en Reino Unido en el último año y, además del reconocimiento, está dotado con 25.000 libras (31.543 euros) y con 5.000 libras (6.308 euros) para los otros tres finalistas.
Aunque aspira a resaltar la “variedad y la vitalidad” del arte contemporáneo, este galardón suele caracterizarse por la concurrencia de obras polémicas, como los animales en formol de Damien Hirst o la habitación con luces que se encendían y apagaban de Martin Creed.