Conmovido y feliz
Los Premios Fronteras del Conocimiento cuentan con ocho categorías y por su dotación económica conjunta, 3,2 millones de euros anuales, y las múltiples disciplinas que abarcan, pueden considerarse, según los organizadores, "los más importantes del mundo tras los Nobel". Por esa razón, Steven Holl, de 61 años, se ha mostrado sorprendido, conmovido, orgulloso y feliz mediante una videoconferencia desde Estados Unidos tras recibir la noticia del galardón.
El jurado de esta primera edición del Premio Fronteras del Conocimiento en la modalidad de las Artes, distinción dotada con 400.000 euros, ha estado presidido por el crítico de música clásica Reinhard Brembeck y formado por los compositores Helmut Lachenmann y Luis de Pablo, los arquitectos Antón García-Abril y Ramón Sanabria, el director del Departamento del Festival de Música de Donaueschingen, Armin Kühler, el crítico de arte Richard Whitehouse y Wulf Weinmann, director del sello musical alemán NEOS.
El arquitecto estadounidense es autor, entre otras obras, del Museo de Arte Nelson-Atkins de Kansas, del complejo residencial Makuhari (Japón, 1995) o del Museo de Arte Contemporáneo de Helsinki (1998), y actualmente se encuentra inmerso en la construcción del proyecto Linked Hybrid, una gran obra de 750 apartamentos y 220.000 metros cuadrados que realiza en Pekín, cerca de la Ciudad Prohibida.
El arquitecto estadounidense más europeo
"Unir las distintas artes significa mucho para mí. Estos premios vinculan todas las artes, y yo entiendo la arquitectura como el arte que, por excelencia, fusiona al resto", apunta Holl, quien a la hora de tener que elegir entre la multitud de obras creadas por él en todo el mundo, se decanta por el Museo de Helsinki, del que el año pasado se cumplió su décimo aniversario.
Holl, aunque no tiene obra en España ni proyectos a corto plazo, está considerado el más europeo de los arquitectos americanos. Además, el jurado ha destacado la posición de vanguardia de su trabajo a lo largo de 30 años de práctica profesional dentro de unos cánones de gran coherencia y rigor y le reconoce un "lenguaje propio y una identidad reconocible que ha sabido salvaguardar el paso del tiempo lejos de contaminaciones formales o estilísticas".
De hecho, el premiado considera indispensable que tanto sus obras más pequeñas como las grandes se integren en el ambiente, en el espacio. "El edificio debe estar vinculado al entorno, por eso me gusta construir en distintos lugares del planeta", apunta Holl que añade: "La arquitectura debe centrarse en el respeto al medioambiente, por eso trabajamos con ingenieros con un enfoque geotécnico para aspectos como la energía del edificio".