Encarnación Lemus López (Villafranca de los Barros, 1960) ha reconstruido su historia en Ellas. Las estudiantes de la Residencia de Señoritas (Cátedra, 2022), obra con la que acaba de conseguir el Premio Nacional de Historia de España.

El jurado amerita su libro por «ofrecer una mirada renovada sobre una de las instituciones clave en la incorporación de las mujeres al proceso de modernización social de España» y a su autora por el «enorme esfuerzo documental realizado. Apoyándose en fuentes alternativas, deja que tomen la voz las auténticas protagonistas, mil trescientas mujeres que en su mayoría llegaron a Madrid de otras partes de España para comenzar una verdadera transformación social y cultural».

También la califica de «biografía coral, escrita con gran elegancia y con un enfoque original. Un retrato generacional y socioprofesional de aquellas españolas que protagonizaron una auténtica revolución. Mujeres que rompieron moldes, nutriendo las primeras vanguardias de profesiones hasta entonces vetadas».

Catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de Huelva, Lemus ha sido profesora en las Universidades de Santiago y de Valparaíso en Chile y en la Universidad de Puerto Rico, en Denis-Diderot París 7 y en la Universidad de Michigan, además de Investigadora en el Instituto del Tiempo Presente de París. Forma parte del Consejo Editorial de la revista Andalucía en la Historia y del Seminario de Historia Contemporánea del Centro de Estudios Andaluces y miembro del Grupo de Priego, Comité Científico del Patronato Niceto Alcalá-Zamora.

El premio, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 30.000 euros. Su jurado ha estado presidido por Jesús González González, subdirector general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas. Como vocales han actuado Enrique Moradiellos, propuesto por la Real Academia de la Historia; Estrella de Diego, por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; Ricardo Sanmartín, por la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas; María Soledad Campos, por la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación; Arturo Rodríguez Castellanos, por la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras; Concepción Mir, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas; Juan Caño, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España; Eduardo Manzano, por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas; María Antonia Peña, por la Asociación de Historia Contemporánea; Javier Moreno, por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales; Ángela Muñoz Fernández, por el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid; José Luis Mora García, por el Ministerio de Cultura y Deporte, y Ofelia Rey, galardonada en la convocatoria de 2022.

Ellas

Primeras páginas del libro de Encarnación Lemus López:

«Cuando comienza el curso 1915/1916 y abre sus puertas la Residencia de Señoritas había 145 universitarias en todo el país, de las que unas 60 estudiaban en la Universidad Central de Madrid, muchas todavía por libre, sin desplazarse a la capital salvo en la etapa de los exámenes. La nueva Residencia comenzó con tres estudiantes, aunque al terminar ese primer curso ya fueran treinta, si bien solo tres seguían estudios universitarios. En realidad, como entonces se reconoció, la Junta para Ampliación de Estudios (JAE) no buscaba, con la apertura del centro, responder a una demanda ya creada, sino, por el contrario, que la posibilidad de residir en un marco cómodo, agradable y seguro animara a las jóvenes españolas a proseguir con su educación. Es esa una interpretación que se ha venido repitiendo desde que María de Maeztu lo declarara en una preciosa entrevista que le hizo la residente y periodista Josefina Carabias. Suponía una apuesta educativa para formar jóvenes cultas, independientes, con un proyecto de vida profesional y capaces de pensar y deciidir por sí mismas. Una iniciativa inmersa en la visión regeneracionista de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), que buscaba la transformación de la sociedad a través de su educación y optaba, y esto era fundamental, por impulsar la educación femenina como una base alternativa desde la que construir un nuevo proyecto de sociedad, desengañados como estaban los regeneracionistas de esa sociedad patriarcal, corrupta, que había llevado al fracaso de España como nación en 1898».

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