Nacido en Madrid en 1923, nieto del político Antonio Maura, Jorge Semprún abandonó España con toda su familia al inicio de la Guerra Civil. Después de residir en Holanda, donde su padre fue embajador de la República. Tras la caída de Madrid la familia se instaló en París en 1941. Por su papel dentro de la Resistencia, afiliado ya al Partido Comunista, fue apresado por los alemanes en 1943 y deportado al campo de concentración de Buchenwald, una experiencia que marcaría su obra literaria y su compromiso político.
Tras su liberación, en 1945, y después de trabajar en la UNESCO, se convirtió en un miembro destacado del Partido Comunista español en el exilio y, bajo el alias de Federico Sánchez, en un activo agente clandestino en la España franquista. En 1964 fue expulsado del partido por sus discrepancias con la línea oficial. Entre 1988 y 1991 fue ministro de Cultura en el gobierno de Felipe González.
Convencido europeísta
Toda su creación literaria está fuertemente influida por su trayectoria vital, en particular su paso por el campo de concentración de Buchenwald (El largo viaje, La escritura o la vida, Aquel domingo, Viviré con su nombre, morirá con el mío). También su expulsión del Partido Comunista queda reflejada en Autobiografía de Federico Sánchez, mientras que Federico Sánchez se despide de ustedes narra el periodo, entre 1988 y 1991, en que fue ministro de Cultura.
Convencido europeísta, escribió junto al ex primer ministro francés, Dominique de Villepin, el libro El hombre europeo y con el título Pensar en Europa publicó un volumen recopilatorio de artículos, conferencias y discursos sobre el tema.
Su obra literaria ha merecido, entre otros, los premios Formentor (1964), Planeta (1977), Fémina (1969 y 1994), el Premio de la Paz de los libreros alemanes (1994), el Jerusalén (1997), el Premio Nonino (1999), la medalla Goethe (2003), el Fundación Lara (2003), el Annetje Fels-Kupferschmidt (2006) y el Terenci Moix (2010). En 2010 también fue premiado por el Club Internacional de Prensa con el Premio Especial por la defensa de los valores humanos que desprende toda su trayectoria.
La obra escrita de Semprún no se limita a la literatura, sino que ha desarrollado una amplia carrera como guionista cinematográfico, siendo autor de guiones clásicos del cine francés como Z de Costa-Gavras y Stavisky de Alain Resnais.