Protagonista de algunos sonoros enfrentamientos, Caballero Bonald ha mostrado siempre firmeza y decisión, no doblegándose, y de ello ha hecho gala, a los «poderes» civiles, políticos y culturales. Una y otra vez ha visto cerradas las puertas de la Real Academia Española, un ingreso que no pocos han reclamado como de «justicia elemental», aunque él ya no quiera ni oír hablar del tema. Sirva como otro ejemplo de su carácter que cuando publicó Manual de infractores, un lúcido y ácido poemario contra el apoyo del Gobierno español a la intervención en Irak, afirmó: «Me suelo cabrear mucho con las cosas y a medida que observo lo que ocurre a mi alrededor me vuelvo más suspicaz, más consciente de que vamos cada vez peor».
En varias ocasiones manifestó que no publicaría más. Sin embargo, y aunque ha declarado, «se me pasó la edad de la poesía», se muestra abierto a hacerlo y hoy mismo reconoció, «de pronto ronda el poema, se instala en la memoria, no sé negarme y acabo por escribirlo».
Breve biografía
Caballero Bonald cursó estudios de Náutica y Astronomía en Cádiz y se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. Ejerció su labor como profesor de Literatura Española e Hispanoamericana durante diez años en la Universidad Nacional de Colombia y en el Bryn Mawr College (EE.UU.).
A su regreso a España dirigió una empresa editorial, fue secretario y subdirector de la revista Papeles de Son Armadans, y trabajó en el Seminario de Lexicografía de la Real Academia Española. Fue presidente del PEN Club Español hasta 1980, y es miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
Poeta, novelista y ensayista, publicó su primera obra, Las adivinaciones, en 1952, que le situó desde el primer momento en el grupo poético de los años cincuenta, articulado en Barcelona en torno a figuras como Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Josep María Castellet o José Agustín Goytisolo, y al que también pertenece Ángel González, Carlos Bousoño, Francisco Brines, José Ángel Valente y Claudio Rodríguez. Su amplia obra poética está agrupada en el volumen Somos el tiempo que nos queda. Aunque había comentado que no escribiría má, en 2012 ha publicado Entreguerras.
Es autor, además, de las adaptaciones teatrales de Abre el ojo, de Rojas Zorrilla, estrenada en 1979 por la Compañía del Centro Dramático Nacional; y de Don Gil de las calzas verdes, de Tirso de Molina, estrenada en 1994 por la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Ha escrito, además, los guiones de la serie documental Andalucía de Cine, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón para la Radio Televisión Andaluza.
En 1998 se creó la Fundación Caballero Bonald con sede en la casa donde nació el poeta. Entre otros galardones anteriores, el escritor jerezano ha recibido los premios de poesía Platero y Boscán y los de novela Biblioteca Breve, Ateneo y Plaza Janés, además del Premio de la Critica en tres ocasiones, dos como poeta y una como novelista.
Testimonio de admiración
Este premio, dotado con 125.000 euros, fue creado en 1975 por el Ministerio de Cultura y «rinde anualmente público testimonio de admiración a la figura de un escritor que con el conjunto de su obra haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico». Puede ser galardonado con el Cervantes cualquier autor cuya obra literaria esté escrita totalmente, o en parte esencial, en español.
Los candidatos pueden ser presentados por las distintas Academias de la Lengua Española, por los autores premiados en anteriores convocatorias, por las instituciones que, por su naturaleza, fines o contenidos, estén vinculadas a la literatura en lengua española y por los 11 miembros del jurado, cuyos nombres se mantienen siempre en secreto hasta el día en que se hace público su fallo.
Aunque no figura en la bases del premio, una ‘ley no escrita’ –que también se ha cumplido en esta ocasión– reparte alternativamente el galardón entre Hispanoamérica y España. En la pasada edición recayó en la escritora catalana Ana María Matute.
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Mucho más que un premio El Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes es el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española. La relación de autores [1] premiados desde su primera convocatoria en 1975 constituye una clara evidencia de la significación del Premio para la cultura en español.
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