Psicólogo de oficio, Tranströmer sufrió en 1990 un ictus que le paralizó la mitad derecha del cuerpo y le produjo una afasia que le impide hablar, pero no escribir. Además continúa siendo un excelente intérprete de piano. El dictamen de la Academia habla del poeta como un gran creador de imágenes y destaca su virtuoso y riguroso uso de la metáfora.
La obra del nuevo Nobel, traducida a medio centenar de lenguas, contiene una docena de libros que se extienden entre 1954 (17 poemas) y 2004 (El gran enigma). Junto a Swedenborg y Strindberg, a Tranströmer se le considera uno de los escritores suecos que más ha influido en la poesía universal.
El año pasado y en este mismo mes, Nórdica ha publicado en español dos antologías de su obra en traducción de Roberto Mascaró. Así, a El cielo a medio hacer –que incluía también su breve autobiografía– se le acaba de unir Deshielo a mediodía.
Tranströmer es el séptimo escritor sueco en ganar el premio Nobel. Antes fue galardonado con los premios Bonnier de Poesía, el Premio Internacional Neustadt de Literatura, el Oevralids, el Petrach de Alemania, y el galardón sueco del Foro Internacional de la Poesía.