Además, el jurado señaló que “es fácil que el joven lector se sienta identificado, ya que se habla desde un punto de vista muy vital y positivo, y se tratan cuestiones muy profundas de una manera muy sencilla y natural”.
La obra, dirigida a lectores a partir de nueve años, narra la historia de Mr. Montgomery Muffin, un hombre que siempre huele mal porque atrae la porquería, “algo así como un aspirador humano”; y eso a pesar de ser una de las personas más limpias del mundo. Un día aparece en su puerta Emma, una niña que dice ser su sobrina, que le ayudará a dar un giro a su vida. Muffin cambiará su manera de relacionarse con los demás y, gracias a un invento milagroso, conseguirá perder ese olor que le persigue todos los días. Una historia divertida e irreverente que nos muestra la importancia de superar nuestros miedos, y nos enseña a dejar a un lado los prejuicios y las falsas apariencias.
El jurado ha estado integrado por Rosa Huertas Gómez (escritora y ganadora de la convocatoria anterior), Elena Luna Serrano (profesora en C.E. Punta Galea), Cristina Hermoso de Mendoza (periodista cultural), Elena Martínez Blanco (librería Serendipias) y Pablo Cruz Martínez (editor de Anaya Infantil y Juvenil y presidente del jurado). A esta edición se presentaron 306 originales procedentes de España, Latinoamérica, Bélgica y EE.UU.
Pedro Mañas es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Madrid, donde en 2004 obtuvo el primer premio de Narrativa Breve. En ese momento comienza su relación con el teatro universitario, para el que realiza, durante varios años, labores de dramaturgia y dirección. La obra Klaus Nowak, limpiador de alcantarillas, editada por Anaya, supone su primera incursión en el ámbito de la literatura para niños. Con ella obtiene en 2007 el primer premio del XXVI Concurso de Narrativa Infantil Vila d’Ibi. Desde entonces le han sido concedidos diferentes galardones nacionales e internacionales en el ámbito de la narrativa infantil, entre los que destacan el premio Leer es Vivir, el Ciudad de Málaga y el Barco de Vapor. Algunas de sus obras premiadas han sido traducidas al francés, al alemán o al chino.
También es autor de varios poemarios infantiles. Entre ellos, Poemas para leer antes de leer, con el que resultó ganador del Premio de Poesía Infantil El Príncipe Preguntón y Ciudad Laberinto, que le valió el II Premio de Poesía Infantil Ciudad de Orihuela. Hoy en día compagina su labor literaria con encuentros en centros docentes y actividades de promoción de la lectura.
El Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil se convoca anualmente con la intención de estimular la creación de obras en español dirigidas a lectores entre los ocho y los catorce años de edad. Desde 2004, cuando se convocó por primera vez, se premia la originalidad, la calidad literaria y la estética, con el fin de divulgar obras que aviven la afición a la lectura entre los más jóvenes, ayudando a su crecimiento interior y al desarrollo de la imaginación y de la creatividad.
En ediciones anteriores, este galardón ha recaído sobre importantes firmas del panorama literario español, y varios de los libros han sido posteriormente avalados por otros galardones de prestigio como el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil (Una habitación en Babel, de Eliacer Cansino y Cielo abajo, de Fernando Marías), el Premio CCEI (La noche más oscura, de Ana Alcolea), el White Ravens (La noche más oscura y Alma y la isla, de Mónica Rodríguez), el Premio de la Crítica de Asturias (En un bosque de hoja caduca, de Gonzalo Moure) y el Premio Fundación Cuatrogatos (La voz del árbol, de Vicente Muñoz Puelles).