El circo y un asilo de ancianos son los escenarios de los que se sirve el escritor y periodista para acercarnos una novela, –»que me ha llevado años y distintas versiones»–, muy poética, transida de dolor, en la que reflexiona sin paños calientes sobre la vejez y el destino, «un destino caprichoso e implacable que juega con los mortales escamoteándoles la felicidad», afirmó el propio autor durante la presentación de la obra en Madrid.
La magia del circo y la soledad de la vejez se unen para contarnos la historia de J.I. un ingeniero que cuando construyó la residencia de ancianos Paradiso no imaginó que pasaría en ella los últimos días de su vida. Recluido allí por sus hijos, el anciano comienza a maquinar un plan para «liberar» a sus compañeros. Para él, aquel ambiente era sinónimo de infierno.
Mientras, y sin que J.I. lo sospeche, la casualidad quiere que a ese mismo pueblo llegue el circo Tivoli llenándolo todo de color y magia y con una atracción estrella: la elefanta Zara; la misma que cincuenta años atrás él había regalado a su hijo recién nacido, ahora dueño del circo.
Dos discursos
Pernas crea dos discursos muy dispares, tanto en estilo como en tono y contenido: la decrepitud frente a la juventud, la ingenuidad frente a la amargura, la bondad frente a la desesperanza. Una historia en primera persona contada a dos voces en la que una vieja elefanta de circo y un distinguido anciano mueren el mismo día y a la misma hora.
El gusto de Pernas por el circo es de sobra conocido, como se hace patente en su obra Cien años de circo en España, escrita con José M. Armero. «El circo es un espectáculo arcaico, antiguo, aunque para mí resulta siempre nuevo, como de estreno, contando una vida que refleja los colores en las lentejuelas del traje de los trapecistas, las diosas aladas que aprenden a volar desde niñas en ese cielo circular de las carpas que limitan con el infinito. He querido utilizar el mundo del circo como metáfora de esperanza dentro del desasosiego. El circo es una forma de entender la vida», afirmó el autor a lo largo del acto de presentación, en el que también se refirió a la muerte, que juega su papel en la novela, y a la literatura: «Somos lo que leemos y lo que vivimos, y los libros, también éste, surgen de esa conjunción».
Más de 200 aspirantes
A la presente edición del Premio Azorín, que otorga la Diputación Provincial de Alicante, se presentaron 201 obras. Bajo el seudónimo Marinetti, el ganador concursó con el lema Una furtiva lacrima, ecos todos que desprenden el gusto del escritor por el arte y la cultura italianas.
En pasadas convocatorias habían logrado este galardón, entre otros autores, Gonzalo Torrente Ballester, Luis Antonio de Villena, Luis Racionero, Jesús Ferrero, Dulce Chacón y Luisa Castro.
Ramón Pernas, gallego ejerciente, periodista de oficio y vocación –Premio Puro de Cora y Julio Camba–, ha dirigido revistas, escrito poemas y canciones, y fue guionista de televisión. Ejerció el columnismo de opinión y la crítica literaria. Ha sido director editorial de Espasa Calpe.
Con una docena de libros editados, es ya considerado un novelista de largo recorrido, galardonado con el Premio Ateneo de Sevilla, el Letras de Bretaña y el Internacional de novela Emilio Alarcos, entre otros, y finalista con Paso a dos del Premio Nacional de Literatura. En la actualidad dirige Ámbito Cultural de El Corte Inglés.