Riccardo Muti nació en 1941 en Nápoles (Italia). Cursó estudios de piano en el Conservatorio de San Pietro, en Majella, y de composición y dirección de orquesta en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán. En 1967, tras ganar el premio Guido Cantelli, su carrera alcanzó una notable proyección internacional. Ha sido director del Maggio Musicale Florentino (1968-1980) y director de la London Philarmonia (1972), en la que después ejercería como director musical (1979-1982). Entre 1980 y 1992 dirigió la Orquesta de Filadelfia. En esa época fue nombrado director musical del Teatro alla Scala de Milán (1986-2005) y, en 1987, director principal de la Orquesta Filarmónica creada en 1982 dentro del teatro milanés. Desde 2010 es director musical de la Orquesta Sinfónica de Chicago.
Gran prestigio
Bajo su batuta, la Scala viajó a Alemania, Rusia, España, Francia y Japón. Muti ha dirigido producciones operísticas en los más importantes escenarios internacionales. En 1988 dirigió el Réquiem de Verdi en la catedral de Nôtre Dame. En 1992 condujo los conjuntos de la Scala en la Orquesta de la Ópera de Fráncfort, en 1995 la Traviata en el Festival de Salzburgo e inauguró la temporada operística con La flauta mágica. En 1996 dirigió el concierto extraordinario del cincuentenario de la remodelación de la Scala y, dos años después, cosechó otro gran éxito con la ejecución del wagneriano Ocaso de los dioses. En 1999 estrenó con la Filarmónica de la Scala un Preludio de Giacomo Puccini, hasta entonces inédito, en la iglesia de San Frediano de Lucca (Toscana). Ese mismo año ofreció un concierto benéfico para recaudar fondos tras el incendio del Teatro del Liceo. En 2000 dirigió a la Capilla de la Corte de Viena en la misa de clausura del Jubileo de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, celebrada en la Basílica de San Pedro.
Durante su período en la Scala también dio visibilidad al repertorio napolitano del siglo XVIII y a autores menos conocidos, como Gluck, Cherubini, Spontini y Poulenc y sus Dialogues des Carmélites, producción con la que logró el Premio Abbiati de la crítica italiana. En 2004 dirigió Europa riconosciuta de Antonio Salieri en la solemne reapertura de la Scala tras su restauración. Ese mismo año, fundó la Orquesta Juvenil “Luigi Cherubini”, formada por jóvenes seleccionados por una comisión internacional de entre más de 600 instrumentistas de toda Italia. En 2006, el Grosses Festspielhaus de Salzburgo le invitó a dirigir el concierto inaugural de las celebraciones del 250 nacimiento de Mozart, consolidando su vínculo con la Filarmónica de Viena. Además, dentro del marco del Festival de Pentecostés fundado por Karajan, la “Luigi Cherubini” participa en un proyecto de recuperación del patrimonio musical, operístico y sacro del siglo XVIII napolitano.
Director invitado del prestigioso Festival de Salzburgo y la Filarmónica de Berlín y Viena desde 1971, es doctor honoris causa por once universidades y miembro de las Academias de Santa Cecilia (Roma), Luigi Cherubini (Florencia) y Filarmónica de Bolonia. Caballero de la Gran Cruz de Italia y del Imperio Británico, es Comendador de la Orden de Malta y está condecorado con la Legión de Honor de Francia y la Orden de la Amistad de Rusia. Es miembro de honor de la Wiener Staatsoper y Ciudadano Honorario de Milán, Florencia, Rávena, Filadelfia y Sídney. Ha recibido, entre otros premios, la medalla de Plata al Mérito de la República de Austria, el Premio de las Artes de la Fundación Wolf (Israel, 2000), el Premio Músico del Año 2010 de la revista estadounidense Musical America y el premio Birgit Nilsson 2011.
Reconocimiento internacional
Los Premios Príncipe de Asturias están destinados, según los Estatutos de la Fundación, a galardonar “la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, instituciones, grupo de personas o de instituciones en el ámbito internacional”. Dentro de este espíritu, pueden ser candidatos al Premio Príncipe de Asturias de las Artes aquellos “cuya labor en la Arquitectura, Cinematografía, Danza, Escultura, Música, Pintura y demás expresiones artísticas constituya una aportación relevante al patrimonio cultural de la Humanidad”.
En esta edición concurrían un total de 35 candidaturas procedentes de Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Cuba, China, Estados Unidos, Estonia, Francia, Georgia, Grecia, Italia, Japón, Macedonia, México, Portugal, Reino Unido, Suiza y España.
Cada uno de los Premios Príncipe de Asturias, concedidos por primera vez en 1981, está dotado con 50.000 euros, la escultura creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones, un diploma y una insignia acreditativos. Los galardones serán entregados en otoño en Oviedo, en un solemne acto presidido por el Príncipe de Asturias.
El Jurado de este Premio –convocado por la Fundación Príncipe de Asturias– estuvo presidido por José Lladó y Fernández-Urrutia, e integrado por Mercedes Álvarez González, Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, Guillermo García-Alcalde Fernández, Rosina Gómez-Baeza y Tinturé, Juan Carlos Laviana Díaz, Emilio Marcos Vallaure, Hans Meinke, Miguel Muñiz de las Cuevas, Benigno Pendás García, Mariano Puig Planas, Benedetta Tagliabue, Amelia Valcárcel Bernaldo de Quirós y José Antonio Caicoya Cores (secretario).
La candidatura de Riccardo Muti ha sido propuesta por Teresa Berganza, Premio Príncipe de Asturias de las Artes 1991.