En la misma sala del Museo en la que se encuentra su obra Equal Parallel/Guernica-Bengasi, Serra recibió hoy la Orden de manos de González-Sinde, quien resaltó el honor de reconocer la labor de «un creador austero, pero intenso; poderoso pero combativo, que forja cada una de sus esculturas de acero con el fuego de su compromiso». Destacó también que supone un placer «porque siempre lo es conmoverse, estremecerse, comprobar que la inquietud como la belleza más profunda no anida en los objetos sino en la vida, en lo que experimentamos las personas, en sensaciones tan duraderas como las que Serra nos despierta».
Nervios de acero
En su relación con España, consideró la ministra, también le «unen puentes y nervios de acero» tendidos en el tiempo, en el espacio, ya que desde la década de los ochenta es habitual la presencia de su obra en exposiciones y espacios públicos de nuestro país. Una presencia que alcanza su punto culminante con la instalación de forma permanente en el Guggenheim de Bilbao de la extraordinaria exposición La materia del tiempo, «posiblemente la reflexión más completa del artista acerca de las cualidades físicas del espacio y de la naturaleza de la escultura».
«Hoy España y Serra empiezan a escribir un nuevo capitulo en la historia del relato de un artista y de un país, que le quiere, le admira y le da las gracias», declaró Ángeles González-Sinde, quien dio las gracias al escultor por su lucidez y valentía creativa, por su rigor, sensibilidad, humanidad y también por su generosidad y aportación material y espiritual al panorama artístico español.
En ese acto, Serra se reencontró al fin en el Reina Sofía con Igual-Paralelo: Guernica-Bengasi, la escultura de 38 toneladas que en su día perdió el Museo para no aparecer jamás y que él ha hecho de nuevo altruistamente. En diciembre de 2008, el Ministerio de Cultura, a propuesta del en aquel momento ministro de Cultura, César Antonio Molina, decidió conceder esta distinción honorífica, creada el pasado mes de julio, a este escultor de padre español.
Richard Serra y el metal
Nacido en San Francisco el 2 de noviembre de 1938, Serra es fundamentalmente escultor, aunque su producción también abarca otros géneros como la obra gráfica y fílmica, y su obra se caracteriza por su relación vital y emocional con el metal y, en concreto, por trabajar con grandes piezas de acero corten. Con estudios de Literatura en la Universidad de Berkeley, entre 1957 y 1961, y, posteriormente, Arte en la Universidad de Yale, Serra se mantuvo, durante su etapa residente en la costa oeste, trabajando en una acería, actividad que influyó de forma clara en su trabajo hasta convertirse en uno de los escultores más importantes del panorama artístico actual.
Su trayectoria está marcada por exposiciones en las más destacadas instituciones públicas y privadas, obras para espacios urbanos o en la naturaleza, participación en certámenes y bienales, y la presencia en los museos, centros y colecciones de arte contemporáneo más prestigiosos del mundo.
Además, el pasado viernes Serra recibía en Pamplona el doctorado Honoris Causa por la Universidad Pública de Navarra.
Biografía de un hijo de mallorquín Richard Serra ha sido objeto de grandes muestras individuales en los museos más importantes de arte contemporáneo: el Centro Georges Pompidou de París (1983), la Tate Gallery de Londres (1992) y el Museo de Arte Moderno de Nueva York (1986, 2007). Reiteradamente invitado a participar en las plataformas de vanguardia más relevantes del mundo (Documenta de Kassel, Bienal de Venecia), su obra se expone en un centenar de museos de Europa, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Asia. Ha recibido los máximos premios y galardones en el ámbito de la escultura, como la Medalla Skowhegan en Escultura (1975) otorgada por la Skowhegan School of Painting and Sculpture (EE.UU.), el Praemium Imperiale en la categoría de Escultura (1994) otorgado por la Japan Art Association y la Medalla de Oro en Escultura (2001) de la American Academy of Arts and Letters. Es miembro de la American Academy of Arts and Sciences, de la American Academy of Arts and Letters y de la Akademie der Kunst (Alemania), además de haber sido condecorado miembro de la «Orden Pour le Mérite für Wissenschaften und Künste» (2002) en Alemania y Commandeur de L’Ordre des Arts et des Lettres (2008) en Francia. Ha recibido doctorados honorarios del California College of Arts and Crafts, del Nova Scotia College of Arts and Design y del Williams College (Massachusetts), entre otras distinciones otorgadas por diversas instituciones americanas y europeas. El pasado diciembre le fue concedida la recién creada Orden de las Artes y las Letras de España. Hijo de padre mallorquín, Richard Serra ha mantenido con nuestro país una relación constante a través de iniciativas y proyectos muy diversos, inaugurados a principios de la década de los 80 por su participación en la exposición Correspondencias (1982-83), exhibida sucesivamente en Madrid, Málaga y Bilbao. Para esta exposición realizó, en Madrid y Bilbao respectivamente, dos obras in situ: Step (1982) y Bilbao (1983). En 1982-84 instaló la obra permanente La palmera en la Plaza de la Palmera de Barcelona. En la misma década, con motivo de la apertura del Centro de Arte Reina Sofía en 1986, destaca el encargo de la monumental instalación Igual-Paralelo: Guernica-Bengasi, lamentablemente desaparecida pero rehecha desinteresadamente por el artista y reinstalada en el MNCARS el año pasado. También en 1986 rehizo in situ una de sus obras más emblemáticas, Splashing, en este caso para la exposición Entre la geometría y el gesto. Escultura norteamericana, 1965-1975 (Madrid, Palacio de Velázquez), en la que participó también con otras obras. En 1992 y 1999 el MNCARS y el Museo Guggenheim de Bilbao organizaron respectivamente sendas muestras individuales de la obra de Serra, la primera de carácter retrospectivo. El mismo Museo Guggenheim, con motivo de su apertura en 1997, había instalado la obra permanente Snake, encargo al que sucedió en 2005 La materia del tiempo, conjunto monumental de ocho piezas -incluida la anterior- considerado «la reflexión más completa de Richard Serra en torno a la fisicidad del espacio y la naturaleza de la escultura». |