Esa tarde, en el Parque, tuvimos la oportunidad de cruzarnos con numerosos elefantes, como en otros lugares de África: Chobe, Ethosa, Okavango…
Se supone que la primera regla cuando te encuentras con un animal armado con grandes cuernos, grandes colmillos o grandes garras es no salir corriendo. Pero recuerdo cuando en el delta del Okavango, en Botsuana, mientras caminábamos en silencio, tropezamos entre unas palmeras con un gran elefante. El guía grito «lets go» mientras huía a toda carrera, y el elefante espantado también salió corriendo, pero en dirección opuesta.