Diseñadas por el Laboratorio de Diseño de una prestigiosa Universidad de Artes londinense, la Escuela Central de Arte y Diseño de San Martin, por encargo de los responsables de Dom Pérignon, las botellas – que reinterpretan el modelo tradicional atemporal de siempre – están Inspiradas en la representación convencional de los iconos más reconocidos de Warhol  y en el uso lúdico de los códigos y colores de su obra.

El resultado es una colección única de tres botellas, cada una de ellas concebida con una etiqueta distintiva en los colores rojo, azul y amarillo, los más habituales y emblemáticos en los trabajos de Andy Warhol.

Una relación muy estable

La relación entre Warthol y Dom Pérignon quedó plasmada no solo por sus hábitos de consumo, sino en concreto en una entrada del diario del artista, fechada el 8 de marzo de 1981, en la que expresaba: "Fui a la galería donde tenía lugar la exposición de ‘zapatos de polvo de diamantes’  y tenía que hacer entrevistas y fotos para un periódico alemán. Luego tuvimos que volver al hotel, donde nos encontrarnos con un club de veinte chicos que se habían reunido para comprar 2.000 botellas de Dom Pérignon y guardarlas en un cuarto sellado hasta el año 2000, fecha en la que las abrirán y se las beberán, por lo que la broma que corre por aquí es sobre quién estará entonces y quien no…”

Warthol acababa de regresar de su exposición en Munich y contaba lo que había visto. Le gustaba contar esta historia y no es de extrañar en este personaje tan especial que en los años 70 decía haber estado en miles de sitios en toda su vida, pero al que sin embargo únicamente le gustaba ir al famoso Studio 54 de Nueva York – el sitio más salvaje y teatral de la época junto a Le Palace de París – con su amigos y beber Dom Pérignon.