La expedición hubo de ser abandonada en plena zona polar cuando el Endurance quedó atrapado en el hielo, cerca de su destino en la Bahía Vahsel y Shackleton y sus hombres tuvieron que realizar un viaje épico atravesando el mar helado primero a pie y, posteriormente, en un pequeño bote reconstruido, hasta llegar a la isla San Pedro, en las Georgias del Sur, en busca de ayuda.
En el año 2006, durante el proceso de restauración de una cabaña que había sido ocupada como refugio por los expedicionarios en Cape Royds, en la Isla Ross, se descubrió una caja de botellas de whisky que, como otros muchos enseres y objetos personales, hubo de ser abandonada por el equipo para poder seguir el camino de vuelta a la civilización.
Un descubrimiento "muy sabroso"
La caja, atrapada entre hielos durante casi un siglo, contenía 11 botellas de la desaparecida marca de whisky escocés Mackinlay ‘s Scotch del año 1896, envueltas cuidadosamente entre papel y paja para protegerlas de los rigores del viaje a la Antártida. Aunque el cajón de madera se encontraba completamente congelado en el momento de su recuperación, en su interior sin embargo se oía el movimiento del líquido, al que las duras temperaturas de –30º C no lograron congelar en todo este tiempo.
El conjunto se mantuvo en las condiciones en que fue descubierto y fue trasladado a la sede del Canterbury Museum en Nueva Zelanda, donde hace unas pocas semanas se procedió a una lenta y meticulosa descongelación que garantizara la preservación de todos los elementos.
Cuidadosa evaluación
La caja se mantendrá almacenada en frío y cada una de las 11 botellas será sometida a una cuidadosa evaluación en la que está previsto extraer algunas muestras –probablemente introduciendo una finísima jeringa a través de los tapones de corcho– que serán enviadas al destilador escocés Whyte & Mackay –la compañía que hace ya muchos años se hizo cargo de la original destilería Mackinlay– para su estudio. Finalizado este proceso, la caja y las botellas serán devueltas a su “hogar”, en la antigua cabaña de Shackleton en la Antártida.
El antiguo whisky Mackinlay’s Scotch de 1896 tiene un especial y raro interés para expertos y profesionales, dado que la receta original del blending utilizado en aquel entonces se perdió con los años y no ha quedado ninguna referencia sobre ella. Ahora se confía en que, como consecuencia de los diversos exámenes a que será sometido el destilado, sea posible replicar la antigua bebida, un hecho que para el sector y para todos los aficionados al whisky se considera de verdadera relevancia histórica.