Algunas razas de perro, caballitos de mar, una extensa variedad de aves extrañas, gatos… parece que todo vale en estos restaurantes exóticos. De hecho, históricamente han sido objeto de burla por parte de otras regiones chinas, que han hecho famosos entre ellos chistes como que “un cantonés sería capaz de comerse todo lo que vuele menos un avión” o “todo lo que tenga patas menos una mesa”.

Brotes epidémicos

Aunque los últimos brotes epidémicos del agresivo Síndrome Respiratorio Agudo Grave, que tuvieron lugar hace unos pocos años, hicieron que las autoridades sanitarias tomaran cartas en el asunto prohibiendo temporalmente la venta abierta de animales raros en los mercados callejeros y las presiones de los diferentes grupos ecologistas han ido en aumento –en realidad, eso poco importa a las autoridades chinas– no debe de ser fácil conseguir que los cantoneses se olviden de sus antiguas costumbres y tradiciones, y recientemente han vuelto a la carga con bríos renovados y un nuevo y extravagante plato.

Según informaba hace unos meses el diario ADN en un artículo firmado por Antonio Broto, el asunto parece que consiste en lo siguiente: entra uno al restaurante en cuestión y se sienta tranquilamente en una mesa. Los cocineros, ante los ojos –supongo que estupefactos– de los comensales, colocan encima de la mesa un pollo y una serpiente venenosa a la que de alguna forma incitan a morder en la cabeza al pollo. Naturalmente y como era de esperar, el pobre pollo muere en pocos segundos.

Estupefacción

Posteriormente el ave se cocina y a partir de este acontecimiento casi gore, al cliente se le ofrecen dos posibilidades gastronómicas: servirle únicamente el pollo, a un precio medio que ronda los 10 euros, o acompañado de la serpiente    –suponemos que cocinada también– en cuyo caso el tema se nos pone en 12 euros.

Los expertos aseguran que este singular plato es realmente exquisito e inocuo para el que se lo come, ya que el veneno de la serpiente, al ser cocinado pasa a convertirse en una proteína que incluso resulta beneficiosa y muy nutritiva para el ser humano (o lo que sea quien se coma semejante porquería).