Álvarez Rabo era un reconocido y mordaz dibujante de viñetas que publicó sus trabajos durante años en las revistas TMEOEl Jueves, hasta que un desafortunado día se le ocurrió pedir el apoyo moral por carta de 1.000 lectores y solo recibió 132, lo que le llevó a decidir su “suicidio creativo” en 2002 y dedicarse en cuerpo y alma a su actual ocupación, dependiente de la sección de deportes, caza y pesca en El Corte Inglés de Bilbao.

Resucitar al ilustrador

Y ha sido precisamente Andoni Luis Aduriz quien, para celebrar el décimo aniversario de su local, ha conseguido resucitar al “difunto” ilustrador, con un fantástico álbum-cómic titulado Los bajos de la alta cocina, que ya de entrada se autodefine como ”un ensayo crítico-patético sobre la alta cocina creado por Álvarez Rabo, pero por culpa de Andoni Luis Aduriz, para la celebración del décimo aniversario del restaurante Mugaritz".

Un desternillante libro, con prólogo del mismísimo Ferrán Adriá y editado por Gourmandia, que arremete sin el más mínimo pudor contra uno de los pilares más sagrados de la cultura vasca, la gastronomía.

Son el propio Aduriz y su restaurante los protagonistas de las viñetas por las que también desfilan personajes como "Juan Mari Achak, el Panti Santalucía, el Martín Brasategui, la Carne Ruscapella o el mismísimo Ferran Adrià".

El sarcasmo de Álvarez Rabo toma como punto de partida la visita de unos inspectores de la afamada Guía Pitilín que, naturalmente, causa un revuelo impresionante en el restaurante, para a partir de ahí pasar a salpicar a cocineros, comensales y especialistas, uno de los cuales, camuflado bajo el personaje del señor Santoña, guarda un curioso parecido con un conocido crítico gastronómico donostiarra.

Ahora, a por el vino

Álvarez Rabo da las gracias a Aduriz por haber sido "tan hijo de puta" de involucrarle en el proyecto. "Yo estaba muerto, suicidado creativamente desde el 11 de septiembre de 2002. Era feliz como trabajador de la sección de deportes, caza y pesca de El Corte Inglés cuando Andoni me invitó a participar en este proyecto. Para quitármelo de encima le fui exigiendo que Adrià escribiera el prólogo, que me invitara a comer no sé cuántas veces a Mugaritz, recibir el 10% de los beneficios del cómic, organizar la presentación en un chino… ¡Y lo aceptó todo el cabrón! Pero yo no quería", sostiene antes de confesar que finalmente se decidió al descubrir que el cocinero guipuzcoano nació en 1971, el año en que Karina cantó Un mundo nuevo en Eurovisión.

El cómic ha tenido tan buena acogida que parece ser que el sector vinícola quiere uno igual, a lo que Álvarez Rabo contesta entusiasmado: "¿En serio? ¿Y me van a pagar con vino? ¡Acepto, acepto!"

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