Digital Forming, una empresa londinense compuesta por un equipo de jóvenes diseñadores y desarrolladores de software, ha elaborado un programa que permitirá a cualquiera que se lo proponga jugar con el diseño de objetos básicos de uso diario, como tazones, vasos, bolígrafos o exprimidores de limón.
El asunto es muy sencillo: se mete un modelo digital del producto en cuestión en el ordenador, se ajustan los colores, formas y acabados que a uno más le gusten y en pocos segundos … ale-hop… se obtiene un resultado parecido al de un diseñador profesional. Y sin riesgo de estropearlo por haber estado haciendo el tonto, porque previamente le habremos especificado al programa el grado de cambio que deseamos.
Y ahora viene lo mejor: una vez hayamos decidido, tras arduas deliberaciones creativas, el diseño final de nuestro preciado producto, las especificaciones se envían a una máquina de fabricación rápida de nueva generación, que producirá nuestra especie de “objeto único”.
Objeto único
En realidad, para la gran mayoría de los que no somos profesionales del diseño, tampoco es que realmente haya nada nuevo en esto de participar en el proceso o o personalizar el resultado final. De hecho, los millonarios lo han hecho toda la vida, como el caso de un jeque árabe que le encargó a un diseñador de los punteros crear un Aston Martin de seis ruedas exclusivo para él.
Y los pobres, no digamos. Para el que no dispone de recursos, apañárselas por sí mismo es una cuestión de necesidad. Basta con echar un vistazo a las destartaladas bicicletas que cualquier chinito de a pie convierte ingeniosamente en improvisados camiones, o a las inverosímiles herramientas que los agricultores africanos reciclan a partir de cualquier resto mecánico.
Pero el hecho es que a partir de ahora podremos co-diseñar objetos reales gracias a la tecnología digital, que probablemente nos permitirá comunicar directamente con los fabricantes para personalizar los aspectos más comunes de sus productos. ¿Te apetece personalizar el estilo y el ajuste a tu pie de unas zapatillas Nike? ¿O quizá cambiar el color del último modelo de gafas de sol de Ray-Ban? ¿ Y diseñar a tu gusto el interior de un coche?
Sistemas rápidos
Los nuevos sistemas rápidos de fabricación, como el utilizado por Digital Forming, pronto nos permitirá a todos ajustar la forma de los objetos, no sólo para satisfacer caprichos estilísticos, sino para por ejemplo, hacer un lápiz más fácil de agarrar por alguien con manos artríticas. También podría haber beneficios para el medio ambiente, al eliminar la necesidad del fabricante de disponer de grandes stockajes para diferentes versiones del mismo producto.
Pero, desgraciadamente, estos sistemas rápidos de fabricación todavía salen excesivamente caros. En Digital Forming, por poner un ejemplo, el precio mínimo ronda los 20 euros para el producto más sencillo, como pueda ser un lápiz o bolígrafo. Y además, solo es posible su aplicación a productos de plástico y metal.
Así que, de momento, parece que tendremos que esperar unos cuantos años para que todos podamos ser diseñadores de postín.