El pasado mes de diciembre, un conservador del Museo del Louvre anunció que había encontrado tres bocetos, posiblemente de la mano del maestro, en la parte posterior del cuadro La Virgen y el Niño con Santa Ana, realizado por Leonardo hacia 1510.
Autorretrato
En marzo de este año, un periodista científico italiano afirmó haber descubierto un autorretrato de Leonardo en la figura de un hombre joven presente en el Codex sobre el vuelo de las aves.
Y en abril se produjo un aluvión de descubrimientos: apareció un busto en terracota realizado por el artista, posiblemente de San Jerónimo, exhibido en Florencia con una adscripción provisional al maestro, un estudioso italiano afirmó haber encontrado un retrato del artista en una vidriera en Arezzo, y el High Museum of Art de Atlanta anunció que estaba considerando atribuir a Leonardo dos pequeñas figuras de plata procedentes de un panel del altar del Baptisterio, en Florencia, hasta el momento considerado en su totalidad obra de Andrea del Verrocchio. El genio, que por entonces tendría alrededor de 20 años, todavía trabajaba como aprendiz de su taller.
Fiebre internacional
A todo esto hay que añadir el parque temático Leonardo da Vinci, abierto a raíz de la “fiebre internacional” despertada por la famosa novela de Dan Brown El Código Da Vinci. El parque se sitúa en los alrededores del Château du Clos Lucé, una casa que el Rey Francisco I regaló a Leonardo cuando el artista contaba ya con 64 años de edad.
El dormitorio, la cocina, el estudio y un vestíbulo permanecen abiertos al público, aunque no existe ninguna obra original del artista ni en la casa ni en sus alrededores. Debajo de estas dependencias se encuentra una capilla construida por una antigua reina, Ana de Bretaña, un sótano convertido en museo dedicado al Leonardo ingeniero. Y el resto del parque, siete hectáreas que rodean la casa, se ha acondicionado como un agradable espacio para explorar, paseando tranquilamente, las invenciones del maestro reproducidas a lo largo de este terreno.
Este verano, una exposición dedicada a la relación de Leonardo con la cultura francesa incluirá una recreación del famoso reloj-león que podía caminar, mover la cabeza y abrir su pecho para echar fuera flores de lis, la flor real francesa. El parque ha sido un éxito y atrae a unos 300.000 visitantes al año.