han ido siendo acondicionados para ser recorridos por un tipo de viajeros bastante diferentes a los que antaño los transitaron en tren: cicloturistas, caminantes y personas con movilidad reducida, incluidos ancianos y niños, probablemente los más beneficiados debido a que todos los recorridos cuentan con unas infraestructuras seguras, fáciles y accesibles.
Patrimonio de gran valor
Un patrimonio de gran valor histórico y cultural que está siendo rescatado del olvido y la desaparición total y que, sin duda, ofrece un enorme potencial para desarrollar iniciativas de reutilización con fines ecoturísticos, acordes a las nuevas demandas sociales. Al final, es cierto que el ferrocarril, el medio de transporte más ecológico, incluso cuando deja de ser útil como tal transporte nos devuelve nuevas fórmulas de disfrute.
Además, en el Programa Vías Verdes, actualmente gestionado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino en colaboración con ADIF, RENFE y FEVE, participan muy activamente las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos, así como grupos de ciclistas, ecologistas y diversos colectivos, desde luego una buena forma de implicar a las instituciones y a los ciudadanos en tan interesante tarea.
– Vía Verde del Baix Ebre. Un recorrido asfaltado de 26 km que une los paisajes de las quebradas del Canaletas, en el Delta del Ebro de Tarragona. Apto para caminantes, cicloturistas y personas minusválidas. Como patrimonio cultural cercano merece la pena el conjunto histórico de Tortosa y de Azud de Xerta.
– Vía Verde del Noroeste. Discurre entre Baños de Mula y Caravaca de la Cruz, en Murcia, con una longitud de 48 km, atravesando el valle de la Mula, entre zonas áridas y otras boscosas de pinos.
– Vía Verde de la Campiña. Un sugerente itinerario de 65 km partiendo de Córdoba hasta la localidad sevillana de Marchena y pasando por la monumental ciudad de Écija.
– Vía Verde de la Sierra de la Demanda. Discurre entre Monterrubio y Arlanzón. 54 km que van desde nuestros antepasados de Atapuerca hasta la naturaleza salvaje burgalesa y que se pueden realizar a pie, en bicicleta o a caballo.
– Vía Verde de los Ojos Negros. Una vía que transcurre por 37 viaductos y 14 túneles, salvando 1.200 metros de desnivel en algo más de 90 km, entre el sistema Ibérico y el Mediterráneo. Sus orígenes, un tren de carbón en el año 1907 transportaba mineral de hierro entre las minas de Ojos Negros (Teruel) y el Puerto de Sagunto (Castellón).
– Vía Verde de Plazaola. Comunica Navarra con Guipúzcoa a través de sus 40 km que atraviesan el frondoso valle de Leitzaran, evocando una época de floreciente industria del hierro, pero también la miseria de la posguerra.
– Vía Verde de la Sierra. Siguiendo una antigua línea férrea diseñada en teoría para transportar productos vitivinícolas pero que nunca llegó a ver transitar un tren, permite entrar en contacto con montañas y dehesas, lo mejor del paisaje de Cádiz.
– Vía Verde de las Vegas del Guadiana y las Villuercas. En plena Extremadura, esta vía perteneciente al antiguo ferrocarril que transitaba entre Villanueva de la Serena y Logrosán es la manera perfecta de conocer la comarca. Un total de 56 km y un escaso desnivel la hacen ideal para todos los públicos.
– Vía Verde de la Senda del Oso. Un paraje natural situado en el exuberante paisaje de Asturias como se con 42 km marcados por la minería que cruzan valles de montañas como el mítico Desfiladero de Las Sanas o la Sierra de la Predica
– Vía Verde de Torrevieja. Más conocida por la Vía Verde de las Salinas en Alicante, ofrece al viajero una doble opción: un paseo urbano hacia la playa de Acequión y un camino por la naturaleza que bordea una interesante laguna salinera.