El documento militar, elaborado en el marco del Plan Nacional para la Protección del Patrimonio Arqueológico Subacuático Español, destaca que la decisión de preservar del expolio los tesoros hundidos en nuestras aguas coincide con el meteórico incremento de la cotización del oro –se estima que habría sumergidas al menos 2.000 toneladas de este metal– y con su acumulación por las principales potencias económicas ante la creciente debilidad del dólar.
Artículo de la revista Atenea [1].