1. Cómo leer y por qué. Harold Bloom
Fuerte empezamos. Un clásico-moderno que ya va cumpliendo sus años pues la primera edición es de junio de 2000. Bloom es un icono. Probablemente el crítico literario más leído en la historia de sugerirle a los demás lo que pueden leer. Acaso éste sea su libro más celebrado. Instructivo y práctico a la vez, este ensayo va directamente dirigido al público amante de la lectura al que ofrece un análisis brillante y digerible de las obras literarias fundamentales.
El propósito de Bloom es guiarnos por la gran literatura y para ello divide el libro en distintas secciones dedicadas a novelas, cuentos, poesía y teatro. Por esas páginas, cargadas de experiencia y buen gusto, se pasean autores como Shakespeare, Hemingway, Jane Austen, Walt Whitman, Cervantes, Dostoievski, Dickens, Proust o Faulkner. «Leer los comentarios de Harold Bloom es como leer a los clásicos a la luz de los relámpagos», dijo alguien.
- Como leer y por qué. Harold Bloom (traducción de Marcelo Cohen). Anagrama [1]. Colección Argumentos. 311 páginas.
2. Una historia de la lectura. Alberto Manguel
Recorrido por el apasionante laberinto de 6.000 años de palabra escrita de la mano de quien ante y sobre todo se confiesa lector apasionado. Manguel, que une erudición innegable e innata habilidad para la divulgación, nos acerca una mezcla torrencial y amenísima de historia, anécdotas, memoria, fantasía, estudios… Desde aquel san Ambrosio que fue pionero en leer en silencio al Borges que casi antes de saludar pedía a quien tuviera a mano que le leyera, pasando por el Flaubert que dejo escrito aquello de «señora, leo para vivir», este libro supone, con la ayuda de la ilustrada edición que recomendamos, toda una fiesta.
- Una historia de la lectura. Alberto Manguel. Lumen [2]. 621 páginas.
3. Breve historia del leer. Charles Van Doren
Por la historia seguimos. Ahora, con un maestro como Van Doren, cuyo entusiasmo ha inspirado y abierto los ojos hacia la literatura a muchas generaciones de estudiantes. «La vida sin libros sería para mí un horror vacío», confiesa este profesor antes de señalarnos las maravillas que encierra un clásico, lo que nos ha pasado por alto de una obra contemporánea, el detalle que nos anima a acercarnos a tal o cual texto que desconocíamos o teníamos olvidado. Todo un inolvidable viaje.
- Breve historia del leer. Charles Van Doren. (Traducción C. Belza, G. García y N. Jiménez). Ariel [3]. 691 páginas.
4. Libros. Dos mil años de historia ilustrada. Martyn Lions
Ilustrada con más de doscientas imágenes, la obra de Lions constituye un gran homenaje al mundo del libro y a sus más de dos mil años de historia. Desde los primeros códices o manuscritos utilizados en el mundo antiguo, pasando por el cambio que supuso la era Gutenberg, hasta llegar a los libros ilustrados, las bibliotecas y librerías, los grandes protagonistas (autores, editores, premios) y la reciente revolución del mundo virtual y las digitalizaciones. Todo un libro de libros.
- Libros. Dos mil años de historia ilustrada. Martyn Lyons. (Traducción Carmen García Gómez). Lunwerg [4]. 224 páginas.
5. La biblioteca de los libros perdidos. Stuart Kelly
Viaje por las obras perdidas de autores célebres. Libros que no pudieron llegar a nuestras manos por razones diversas. Destruidos, como el retrato de Sócrates en las Fábulas de Esopo; extraviados, como Ultramarino, de Malcolm Lowry, cuyo original alguien robó del maletero del coche del editor y jamás se encontró; inconclusos por la muerte del autor, como La presa de Hermiston, de Stevenson, o apenas iniciados, como Habla, América, de Vladimir Nabokov, que nunca llegó a ser el proyectado segundo volumen de sus memorias.
Todos esos libros que ya no están, afirma Stuart Kelly en este inquietante repaso, constituyen la historia de la literatura de un mundo paralelo. Un formidable hallazgo.
- La biblioteca de los libros perdidos. Stuart Kelly. (Traducción M. Candel y M. Pino). Paidós [5]. 391 páginas.
6. Nueva historia universal de la destrucción de libros. Fernando Báez
Minucioso e hipnótico recorrido por la historia de la destrucción de los libros víctima de la voracidad de los insectos, las inundaciones, el fuego, las guerras y, sobre todo, de la obsesión destructora de los fanáticos políticos y religiosos, y de la vigilancia dogmática de los censores.
Fernando Báez propone un sobrecogedor itinerario que nos lleva de la destrucción de las tablillas sumerias al saqueo de las bibliotecas de Bagdag, pasando por la aniquilación de la legendaria Biblioteca de Alejandría, los papiros quemados de Herculano, los desmanes de los inquisidores, el incendio de la biblioteca de El Escorial, la desaparición de libros durante la Guerra Civil, la quema de libros por los nazis o la censura por motivos sexuales o religiosos de escritores como D.H. Lawrence, Joyce o Salman Rusdhie.
Obra magistral. Provoca terror, vergüenza y, como dijo de ella Umberto Eco, «da escalofríos».
- Nueva historia universal de la destrucción de libros. Fernándo Báez. Destino [6]. 463 páginas.
7. 1001 libros que hay que leer antes de morir. Peter Boxall y José-Carlos Mainer
«Si tuviera que llevarme un solo libro a una isla desierta, preferiría ahogarme en el naufragio». Esta cita de Eduardo Mendoza ilustra la contraportada de este voluminoso 1001 libros… que supone un acercamiento a los textos y a los autores que han poblado el mundo de lo imaginario. Una ayuda directa y amena a la hora de explorar las grandes obras de todos los tiempos. Muy útil para abrir apetitos literarios.
- 1001 libros que hay que leer antes de morir. Peter Boxall y José-Carlos Mainer. Grijalbo [7]. 958 páginas.
8. Libros. Todo lo que hay que leer. Christiane Zschirnt
En la misma línea que en el anterior, pero distinto. La autora confiesa que su pretensión es presentar una serie de libros que nos ayuden a comprender la complejidad de la sociedad moderna: desde la Biblia hasta Harry Potter. En gran medida lo consigue. La clasificación no es cronológica, sino por temas que afectan a nuestra vida cotidiana como el amor, la política, el sexo, la economía, el ciberespacio… Una especie de brújula para navegar por el mundo de los libros.
- Libros. Todo lo que hay que leer. Christiane Zschirnt. (Traducción de Irene Pérez Michael). Taurus [8]. 351 páginas.
9. Donde se guardan los libros. Bibliotecas de escritores. Jesús Marchamalo
Curioso recorrido por las bibliotecas de veinte reconocidos autores españoles contemporáneos. Cada uno de ellos habla de cómo se relaciona con los libros, del orden y su ubicación en los estantes, de las lecturas que en su momento le fueron decisivas o de cómo su biblioteca se ha ido construyendo. Siguiendo las palabras de Marguerite Yourcenar, que dejó escrito que la mejor manera de conocer a alguien es entrar en su biblioteca, éstas que ahora vemos hablan por ellos.
- Donde se guardan los libros. Bibliotecas de escritores. Jesús Marchamalo. Siruela [9]/Fundación Germán Sánchez Ruipérez. 222 páginas.
10. La verdad de las mentiras. Mario Vargas Llosa
La vida es una y tiene límites. La lectura de novelas los revienta y lo que era en principio una sola vida se convierte en mil, infinitas. Ése es el mayor poder de la literatura y este libro nos hace participar de él.
Así se dice en esta recopilación de textos en la que Vargas Llosa repasa 36 novelas del siglo XX que considera claves. Ahí están Lolita, Muerte en Venecia, El extranjero, Manhattan Transfer, Trópico de Cáncer, El tambor de hojalata, El corazón de las tinieblas o El viejo y el mar… y en cada una de ellas se nos dan pistas que nos animan, casi nos obligan, a releerlas si ya las hubiéramos leído o a descubrirlas si aún no hubieran pasado por nuestros ojos.
- La verdad de las mentiras. Mario Vargas Llosa. Alfaguara [10]. 413 páginas.
11. La pasión por los libros. Francisco Mendoza Díaz-Maroto
Desde su puesta en escena en 2002 son ya varias las reediciones de este entusiasta ensayo sobre el amor por coleccionar libros. Obra que ya desde la portada engancha a través de esa conmovedora foto en la que en un Londres devastado por la guerra dos personas ojean absortas entre las ruinas calcinadas de una librería las baldas de la única estantería que se mantiene en pie.
La pasión por los libros es un documentado acercamiento a la bibliofilia que en palabras de su autor pretende enseñar y divertir a todos, a los expertos y a los aficionados, -«poner en fuga el aburrimiento y la melancolía», señala textualmente-. Lo consigue a través de un sinfín de historias y anécdotas y de capítulos como «Hay amores (por los libros) que matan», «Erótica de la lectura» o «¿Pero de verdad leen los bibliófilos».
Y de remate, en este día de letras y libros, una cita que recoge las palabras de la escritora Virginia Woolf no mucho antes de sumergirse para siempre en las aguas del Ouse: «He soñado a veces que cuando amanezca el día del juicio, y los grandes conquistadores y abogados y juristas y gobernantes se acerquen para recibir su recompensa, el todopoderoso, al vernos llegar con nuestros libros bajo el brazo, se volverá hacia Pedro y dirá, no sin cierta envidia: ‘Míralos; esos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles. Les gustaba leer'».
- La pasión por los libros. Un acercamiento a la bibliofilia. Francisco Mendoza Díaz Maroto. Espasa [11]. 397 páginas.
Pues eso. Queridos letraheridos, que ustedes lo lean bien.
Padre Libro que anidas la mente (único paraíso constatado por nuestras cortas luces) santificados sean tus mundos, venga a nosotros tu esencia (esa dulce materia que nos arrima al sueño de saber que existimos) Tu voluntad se cumpla e ilustre los confines de la tierra y el cielo (que gracias a tu gloria no conocen fronteras).
Danos, Padre Libro, perspectivas. Concédenos que la curiosidad no desfallezca y algo nuevo (un verso, una emoción, un sentir, un creer, un pensamiento) se nos descubra virgen cada día.
Perdona nuestras dudas como también nosotros disculpamos esta terca carencia de horizontes, que germine en las almas, a veces de continuo, tan grandes sinrazón y desvarío.
Padre Libro, sostennos. No permitas que la oscuridad de la ignorancia nos tiente, amolde y acomode. Líbranos del mal del fanatismo. Enséñanos a ser fuertes y expectantes. Curiosos. Lúcidos. Mejores.
Ábrenos tus páginas, Padre Libro, muéstranos en ese corazón de papel la huella indeleble de tus letras. Que por siempre así sea. Amén. |