Alex Katz expone en La Coruña

A Alex Katz (Nueva York, 1927) se le considera a menudo uno de los precursores del arte pop. Cierto es que coincide con este movimiento en su interés por la realidad cotidiana, pero lo hace del mismo modo circunstancial en el que, por ejemplo, coincide con la action painting en el uso del gran formato. En realidad traza su propio camino en la gran historia de la pintura estadounidense del siglo XX. Un camino que, a comienzos del nuevo siglo, ha sido reivindicado en todo el mundo por los abanderados de una nueva figuración pictórica.

Contundencia plástica

Con el mismo título de la exposición se ha editado también un libro, en el que el crítico y comisario independiente David Barro analiza la peculiar mirada del artista. Descubriendo, entre otras cosas, cómo «fue capaz de llevar el pequeño argumento, el mínimo gesto, a la gran escala del arte americano, como si de una pantalla de cine de la época se tratase. De ahí sus planos americanos y sus primeros planos, que magnifican a los personajes. También el aspecto liso de sus cuadros, como si alguien los hubiese pulido para robarles el significado».

En otro pasaje, Barro afirma que Katz «consigue muchas cosas con una pintura que, aparentemente, semeja no contener casi nada». En efecto, las obras expuestas albergan imágenes de gran contundencia plástica, destiladas hasta desembocar en lo lírico y lo emocional. En los asuntos retratados por este autor (absolutamente corrientes, cuando no frívolos o insignificantes) siempre encontramos algo que los convierte en sofisticados y elegantes. Algo así como la quintaesencia de lo cool. O, empleando las palabras del comisario, «una normalidad que contiene misterio».

La obra de Alex Katz forma parte de las más importantes colecciones artísticas de ambas orillas del Atlántico, entre ellas las del MoMA, el Whitney Museum, el Metropolitan Museum, el Centre Georges Pompidou, la Tate Gallery o el Museo Reina Sofía.