Entre las medidas en las que trabaja la Consejería se encuentra el micromecenazgo, una nueva forma de participación en la financiación de la cultura, es decir, la deducción de la cuota de la renta hasta un máximo de lo invertido en una actividad cultural, «una de las formas más directas de participación de los ciudadanos en la cultura». También los incentivos directos a la inversión y al consumo cultural, que Alonso explicó con un ejemplo: «Comprar un cuadro es una inversión, comprar una entrada para la ópera es consumo cultural. Pues en ambos escenarios se podrá aplicar una deducción hasta un máximo por inversión y consumo cultural».
Incentivos de todo tipo
Otras novedades son la ampliación de incentivos a la financiación a empresas y emprendedores culturales, la extensión de los fondos reintegrables a préstamos destinados a mejora de los Bienes de Interés Cultural, la regulación de los fondos patrimoniales indisponibles como vía de financiación, la cesión de uso de espacios culturales públicos como medida de incentivo a empresas y particulares, o la creación de un registro público de actuaciones y bienes prioritarios de acciones de mecenazgo y de un registro de mecenas.
Alonso ha admitido que «de la Ley de Patrocinio y Mecenazgo se ha hablado mucho, se ha pensado menos y se ha trabajo y comprometido poco por parte de los poderes públicos», y ha añadido que «el modelo de dependencia exclusiva de la cultura de los presupuestos públicos está agotado y es preciso un nuevo marco jurídico que favorezca una estrategia conjunta publico-privada con equilibrio entre ambos ámbitos, que deben ser complementarios».
Normativa superada
Asimismo considera superado el modelo de colaboración público-privada plasmada en la actual Ley de Mecenazgo (49/2002, de 23 de diciembre), destinada exclusivamente a las entidades sin fines lucrativos. «Los incentivos fiscales previstos en esta ley se han demostrado insuficientes. Además la situación se agrava con la paralización de la tramitación, por ‘contingencias presupuestarias indescriptibles’, de la futura ley estatal y con un incremento desmesurado del IVA a los productos culturales».
Finalmente, Luciano Alonso ha afirmado que «la Cultura no sólo es un factor de calidad de vida y de integración social, sino también uno de los sectores económicos emergentes y generadores de actividad y empleo en Andalucía. Para ello debemos seguir mejorando la gestión y potenciando la excelencia para hacerla más eficiente».
El consejero ha pronunciado estas palabras en una conferencia celebrada en el marco de las ‘Jornadas sobre Patrocinio y Mecenazgo’ organizadas por la Asociación de la Prensa de Sevilla.