Las dos obras fueron realizadas por Juan de Valdés Leal entre 1656 y 1657 para su ubicación en la sacristía del desaparecido monasterio de San Jerónimo. Ambos lienzos pertenecían a una serie de 16 cuadros, de los que nueve pasaron al Museo de Bellas Artes de Sevilla tras la Desamortización, en 1836, algunos de ellos de gran relevancia artística como Las tentaciones o La Flagelación de San Jerónimo.

La serie está formada por cuatro escenas de la vida de San Jerónimo, los ya citados y, por último, San Jerónimo disputando con los doctores, único de estos cuatro que no se conserva en la pinacoteca sevillana.

A estas escenas habría que añadir las doce representaciones de santos o frailes pertenecientes a la Orden Jerónima, de las que seis forman parte de las colecciones de este museo. Cuatro de ellos habían sido ya restaurados recientemente, y se completan ahora con las dos obras presentadas.

Las intervenciones han sido realizadas en el taller de restauración del Museo de Bellas Artes de Sevilla por Rocío Viguera, que ha intervenido el de Fray Pedro de las Cabañuelas, y por Alfonso Blanco, que ha trabajado en el de Fray Juan de Ledesma, ambos bajo la dirección de Fuensanta de la Paz Calatrava. De este modo, el museo recupera la imagen original de uno de los conjuntos pictóricos del Barroco sevillano más importantes de los conservados en esta institución.