La figura femenina fue uno de los temas predominantes en la trayectoria de Anglada-Camarasa. Así, durante sus primeros años en París -todavía con cierta influencia de sus maestros- realizó obras donde la mujer poseía una importante carga simbolista, para evolucionar rápidamente a una pintura de rasgos propios, muy original, en la que la luz y las manchas de color dan vida a esas figuras vaporosas y etéreas de los locales de la noche parisina.
Expresividad enérgica
Las escenas de baile gitano, a su vez, le permitieron cultivar una expresividad enérgica y profundizar en el interés por la anatomía de los cuerpos, aspecto que no abandonaría en toda su carrera. A partir de 1910 pintará otro tipo de figuras femeninas, esbeltas, estáticas, mirando al espectador, que le servirían de excusa para deleitarse con la belleza y el decorativismo de sus ropajes.
Tras su traslado a Mallorca, que supuso un giro en su trayectoria, pintará nuevos arquetipos femeninos, rodeados de los paisajes que tanto le cautivaron así como de ambientes florales, a modo de escenario, sin abandonar las enérgicas composiciones protagonizadas por mujeres gitanas bailando, temática que le resultará atractiva durante toda su vida.
Málaga. Hermen Anglada-Camarasa. Personajes femeninos. Museo Carmen Thyssen Málaga [1].
Del 6 de noviembre de 2012 al 3 de marzo de 2013.
Comisarias: Silvia Pizarro Anglada-Camarasa y Lourdes Moreno.