Ahora, una exposición antológica, organizada por Obra Social Caja España, muestra desde hoy en el Teatro Calderón de Valladolid, desde una perspectiva crítica actual, la obra desarrollada por la artista en los dominios del dibujo y de la ilustración, y, más especialmente, de la pintura de estudio y del arte mural, atendiendo al desarrollo de su lenguaje pictórico.
Delhy Tejero. Representaciones aporta, a través de casi doscientas obras, cuatro perfiles inéditos sobre la artista. En primer lugar, y a manera de pórtico de la muestra, se ha logrado reunir por primera vez las obras que actualmente pertenecen a museos e instituciones públicas: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid, Museo Nacional de Artes Decorativas, Museo Provincial de Zamora, etc. Este conjunto de obras testifica por sí solo el carácter efectivamente museal que distingue al dibujo y a la pintura de la artista toresana (aunque este pórtico solo se pudo exponer en la muestra inaugural en León y en Salamanca).
Espacios más íntimos
La segunda aportación consiste en facilitar al espectador que penetre en los espacios más íntimos de Delhy Tejero, la cual no sólo empeñó su vocación estética en realizar una obra primeramente renovadora y después vanguardista, sino también en hacer de su propia vida personal una obra de arte.
En tercer lugar, esta muestra ha sido planteada como un proyecto de análisis y reafirmación de su valor inequívoco como pintora. Para ello se presenta un camino que se inició en la estética regionalista y en la puesta al día del realismo tradicional, para emplearse seguidamente en las pautas del Art déco, culminando en los terrenos de la abstracción.
Así, la calle mayor de esta exposición discurre abrazada por dos conjuntos extraordinarios de sus pinturas más innovadoras: las de la abstracción geométrica –herederas de Kandinsky y del Art déco–, y las de la abstracción matérica, que ella titulaba “perlismo”.
Faceta muralista
Por último, el cuarto elemento inédito que aporta esta antológica radica en mostrar por primera vez su pintura mural, presentando las series que revelan sus ideas y proyectos iniciales, así como sus dibujos, apuntes y bocetos definitivos.
En resumen, y contemplada con una mirada de hoy, la obra de Delhy Tejero matiza determinadas claves de la modernización de la pintura figurativa en España, así como del proceso profundamente innovador que experimentó este arte a través de las vanguardias y la abstracción.
1930-1967
Los cuadros mostrados en esta exposición comprenden desde 1930 (ilustraciones para cuentos publicados en diversos periódicos y libros, como la serie Las Brujas) hasta 1967 (Trinos y Autorretrato, fechados en este año, que fue el penúltimo de su vida). Además, por primera vez se muestran trece proyectos para murales, que realizó desde la década de los años 30 hasta su muerte, concebidos para templos y edificios civiles de la Comunidad de Madrid, Castilla y León, y Andalucía.
Como complemento a la muestra, que está itinerando por todas las capitales de Castilla y León (aún falta Burgos y Palencia), la Junta ha editado un catálogo, de gran formato, en el que en sus más de 300 páginas distintos autores profundizan en la obra de esta singular creadora.
La representación como constante "En una pintura tan compleja y de estilo tan deslizante como el de Delhy Tejero –recuerda el comisario de la exposición, José Marín-Medina–, el criterio moderno de representación funciona como una constante. Durante todas las etapas de su trayectoria, Delhy renunció a la “mímesis”, o sea, a imitar fielmente o a reproducir en el cuadro las formas y las figuras de la realidad exterior tal y como las vemos, y prefirió, en cambio, representar, es decir, hacer presente en la pintura una interpretación personal del hombre y del mundo, utilizando líneas, planos, colores y estructuras propias y creativas. Con ello, nuestra artista hace presente en cada cuadro y en cada mural un universo excepcional, el cual no existe en la realidad común, aunque se inspire en ella, y sin embargo ese universo inventado, creado, envuelve e interesa al espectador mucho más que el mundo real exterior y común de cada día". Para Marín-Medina, lo que la artista interpreta y plasma en sus obras es "el secreto de su universo íntimo, con sus conceptos, sus creencias y su mística, con sus sentimientos y visiones, con sus luces y sus tinieblas, logrando que lo ordinario funcione como sublime, que lo cotidiano resulte maravilloso, que lo conocido alcance la seducción de lo ignorado, y que lo limitado y ya visto cambie de sentido y se convierta en entrada de un lugar inquietante, de un sitio maravilloso e infinito". |
Valladolid. Delhy Tejero. Representación. Sala municipal de exposiciones del Teatro Calderón [1].
Del 3 al 27 de junio de 2010.
Comisario: José Marín-Medina.