Para Miralda, "la comida es nuestra fuente de energía vital y eso la convierte en imprescindible para la subsistencia. Ese es su principal poder. Pero la comida también ejerce otras formas de poder sobre nosotros, ya que nos fascina, nos evoca, nos controla, nos estimula, nos intoxica, nos excita… Los alimentos son el elixir que pone en marcha y remueve todos nuestros mecanismos y circuitos, tanto físicos como emocionales e intelectuales".
Otras formas de poder
Desde hace dos años, el equipo FoodCultura dirigido por el artista catalán ha trabajado en concretar esta imagen poética y poderosa de la comida en un ámbito antropológico universal. La exposición, coproducida con el Artium de Vitoria, propone una red de conexiones que unen la comida con la energía y la medicina, al mismo tiempo que con los ritos, la tradición, las creencias y la cultura popular. Se analizan las relaciones de esta necesidad básica con el control, el marketing y la representación del poder. Estamos, pues, ante una mirada a uno de los principales motores de la cultura, la economía y las relaciones sociales.
Los valores afrodisíacos asociados a la carne de armadillo llegan hasta nuestros días en forma de viagra. El Dr. Jekill y Mr. Hyde comparten espacio con las brujas y con las espinacas de Popeye, que por un error tipográfico en la cantidad de hierro que contienen se convirtieron en un mito de la alimentación infantil. Todos ellos son paradigmas de muchas costumbres, representaciones y creencias de la cultura actual.
De Mr. Hyde a Popeye
El artista estructura la muestra en tres áreas distintas. La primera atiende a las conexiones rituales de la comida, un recorrido histórico por recetas y productos conocidos por su poder curativo, nutritivo, energético o mágico, desde las pociones ancestrales y las plantas medicinales hasta las cápsulas liofilizadas de farmacias, herboristerías y supermercados. La segunda área está dedicada a las conexiones actuales, a las estrategias de marketing, la nueva industria alimentaria y las costumbres de consumo derivadas de ellas. Por último, Miralda se centra en las conexiones iconográficas de la comida a través de su presencia en cómics, juguetes, elementos gráficos, souvenirs, utensilios y otros productos de memorabilia.
Para ilustrarlas, se presentan hasta 500 objetos: proyecciones, carteles, recetas y frases publicitarias, junto con recipientes que formalmente representan los poderes de aquello que contienen: botellitas y recipientes con imágenes religiosas y antropomorfas, licoreras con forma de falo, etc., en una transformación directa de la alimentación en conceptos, valga decir, en nuestra cultura. Los colores vivos, una estética popular kitsch y el uso de códigos de seducción, que ligan al objeto con el éxito en las relaciones sociales o la salud, nos arrastran entre la fascinación, el reconocimiento y la sorpresa.
Palma de Mallorca. Power food. Es Baluard, Museu d’Art Modern i Contemporani de Palma [1].
Hastsa el 24 mayo de 2009.