La bóveda del proyecto

La idea de Antonio López surgió hace dos años y se basa en una combinación de pintura y escultura, ya que la bóveda se pintaría con un rostro gigantesco de la virgen, acompañado, a nivel del suelo, por un grupo escultórico que representa a los fieles y al pueblo. Una de las personas que conformarán ese grupo de fieles mirará hacia arriba, hacia el rostro de la virgen, y es ella la que "pone en contacto, a través de la mirada, el mundo espiritual y el terrenal", ha detallado el artista.

El lugar elegido, una bóveda situada entre el coro y el altar mayor, en la Vía Sacra, casi escondida e íntimamente colocada en la basílica, es según el artista una zona en la que "se logra cierto misterio para que pueda ocurrir ese milagro, esa comunicación de las personas de bronce, de las personas con lo espiritual".

El artista, acompañado por el escultor Francisco López y el pintor aragonés Antonio Castillo Meler, además de representantes de la Fundación Arte y Gastronomía, impulsora del proyecto, se reunió ayer con el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, en quien López ha encontrado "ilusión y apoyo" para llevar a cabo la obra.

Experiencia extraordinaria

A sus 72 años, reconoce que está muy ilusionado con este proyecto, que ha definido como un trabajo "precioso y una experiencia extraordinaria" con la que pretende encontrar la armonía con el resto del templo, aunque ha reconocido que en la actualidad "casi no hay espacio para el arte religioso contemporáneo”.

El siguiente paso para que el proyecto pueda hacerse realidad es que sea aprobado por el Cabildo del templo, que se prevé se reúna que en los próximos días. Además,  María Luisa Safont, gerente de la Fundación Arte y Gastronomía ha explicado que económicamente se llevaría adelante por suscripción popular.

El pintor espera comenzar la obra cuanto antes y se estima que tendría una duración de dos o tres años, aunque "podría durar menos", ha dicho con optimismo López, quien no ha querido decir si tomaría la decisión de ir a vivir a Zaragoza.

Antonio López, nacido en Tomelloso (Ciudad Real) en 1936, es el pintor español vivo más cotizado, galardonado entre otros muchos reconocimientos, con el Premio Velázquez de Artes Plásticas de 2006 o el Príncipe de Asturias de las Artes de 1985.