había una obra que podía representar al famoso dramaturgo inglés cuando, en 2006, visitó una exposición sobre Shakespeare en la Galería Nacional de Retratos de Londres. Una de esas obras, el retrato Chandos –actualmente en la biblioteca Folger–, representaba a un personaje cuya identidad, según los propios organizadores y especialistas, no estaba totalmente probada y no existía la certeza de que fuera un retrato hecho en vida a Shakespeare. El descubrimiento de este nuevo retrato, que podría ser el único realizado en vida al dramaturgo inglés, pretende cerrar, al menos de momento, el debate sobre su imagen real.
Autenticidad comprobada
El profesor Stanley Wells, antiguo director del Instituto Shakespeare, ha asegurado "estar convencido" de que la obra es el único retrato que se le hizo al autor inglés en vida y que el resto de los conocidos hasta el momento son únicamente copias por el resultado de las pruebas científicas a las que ha sido sometido el cuadro y que en su opinión restan importancia a los otros tres conocidos hasta el momento.
Por ejemplo, el cuadro de los Cobbe pasó por un examen con rayos X, otro con infrarrojos y un tercero centrado en la antigüedad de la madera utilizada por el retratista para conocer la fecha en que fue pintado. De esta forma se conoce que el retrato fue realizado en 1610, cuando el genial escritor inglés tenía 46 años, sólo seis antes de su muerte. Aparece representado un Shakespeare con perilla, sin el pendiente en la oreja izquierda que lleva en otros retratos y con una larga nariz sobre un fondo azul.
Del autor que realizó la obra no se conoce nada por el momento pero el conservador de la Colección Cobbe, Mark Broch, explicó que es posible "que el pintor pusiera su nombre en el marco y éste haya desaparecido”. Además de esta pieza, existen dos retratos de Shakespeare en las colecciones privadas de Folger y FitzGerald, mientras que un tercero conocido como el de Ellenborough fue perdido en el año 1947.