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ATOPÍA o como el CCCB se sumerge en el arte contemporáneo

La ATOPÍA es el sentimiento de malestar del individuo frente a la ciudad del presente la cual no representa, en ningún caso, el paraíso soñado o prometido que nos ofrece la utopía. La muestra trata precisamente de este malestar, de la incomodidad entre la ciudad que sí existe y el individuo. De la tensión entre una ciudad que se individualiza –se convierte en un ente con vida propia, más allá de naciones, países, estados– y de un individuo que se masifica.

Tensión individuo-ciudad

La exposición aborda a través de 168 obras (pintura, escultura, fotografía, vídeo e instalaciones) de 41 artistas contemporáneos (Sergio Belinchón, Hicham Benohoud, Nuno Cera, Oleg Dou, Andreas Gursky, David LaChappelle, Rogelio López Cuenca, Philip-Lorca diCorcia, Thomas Ruff, Carey Young, etc.) esta tensión entre individuo y ciudad centrándose en una urbe que pierde sus funciones como espacio de encuentro y realización para convertirse en un espacio de pérdida y fracaso.

En definitiva, la muestra no se inscribe en los recientes proyectos basados en «lo social» o reivindicativo, ni en las crecientes exposiciones de denuncia sobre la especulación o los procesos de gentrificación de las ciudades. Lo que interesa a sus comisarios es una agonía más universal y, al mismo tiempo, más palpable: la del individuo que sobrevive y la de su resistencia frente a la apoteosis urbana.

Los cuatro ámbitos de una exposición

1. La ciudad vs. el habitante

Este primer capítulo describe la tensión entre el artista/individuo y la ciudad. Presenta a sujetos que todavía lidian con el hecho urbano, bien porque repiten las rutinas urbanas hasta la extenuación, bien porque buscan evasiones en las alcantarillas de la vida contemporánea.

Anothermountainman / Loulou Cherinet / Tim Eitel / Carey Young / Emeka Okereke / Mona Vatamanu & Florin Tudor / George Osodi / Andreas Gursky

Transición

Carlos Irijalba

 
2. La ciudad sin habitante

Eso que continuamos llamando “la ciudad”, ha desembocado en lo que muy bien podría comprenderse como una entidad poscapital, en el doble sentido de este concepto. En parte, por alusión al hundimiento de su antigua función de representación (la ciudad como capital de un país, un Estado, una nación, una comunidad) y, por otra parte, en el sentido de su ubicación en el poscapitalismo, en un tiempo en el cual los hechos urbanos vienen marcados por nuevas economías en las que ritmo del capital, como sucede con la música electrónica, en lugar de producirse se programa.

Esa ciudad posterior y abstracta, abandonada a sí misma, es la ciudad que pudiéramos nombrar atopía. Espacios que no se convierten en lugares concretos pero que tampoco podemos considerar utópicos. Han quedado detrás de nuestra experiencia y, si ya no parece posible que regresemos a ellos, tampoco se nos dibujan, como una meta, en el firmamento.

De algún modo, en la ilusión de un especulador debe estar alojada la fantasía de imaginarse operando en la ciudad vacía; disponer de ella sin los seres ni sus tramas. Algo de esa fantasía perversa aparece en este capítulo. Un mundo fantasma; una after city que ha decretado la victoria del urbanita sobre el ciudadano, de la multitud sobre la comunidad, del vacío sobre la soledad, de la expulsión sobre la acogida.

Nuno Cera / Baltazar Torres / Montserrat Soto / Carlos Garaicoa / James Casebere / Tiffany Chung / Dionisio González

Transición

Sergio Belinchón

3. El habitante sin la ciudad

Aún en las más descomunales megalópolis —incluso, más en ellas que en ningún otro lugar— esta era de la superpoblación es la que ha producido más solitarios. Esa es la razón por la cual, en algunas ocasiones, los sujetos que aparecen en esta trama estén como petrificados, convertidos en seres mecánicos; auténticos sonámbulos.

¿Qué se esconde detrás del rostro desaparecido? Un cuerpo que se escinde entre los límites que se le imponen y las pulsiones que se le niegan hasta el punto de perder sus señas más características. Entre otras cosas, porque hoy las señas son motor de exclusión, de separación y de marginación. Querían ser diferentes y sólo son admitidos como indiferentes, una ciudad de actores sin rostro, en que sólo el poder tenga cara. Es la mayor utopía que el que tiene poder puede soñar: que cuando mire al otro le vea sin rostro. Es decir, sin respuesta.

Dana Schutz / Adrian Paci / Philip-Lorca diCorcia / Enrique Marty / Oleg Dou / Erwin Olaf / Douglas Gordon / Evan Penny / Vanessa Beecroft / Lawrence Lemaoana / Hicham Benohoud / Ákos Birkás / Gino Rubert / Erwin Wurm

Transición

José Antonio Hernández-Díez

 
4. Apoteosis urbana

La ciudad como espacio posible; acaso lo único de identidad que nos queda. Aquí hay artistas que tienen una mirada lúdica sobre la ciudad, pero en ningún caso frívola, o al menos no del todo. La fiesta, la nocturnidad, los nuevos espacios, los grafiteros y la frivolidad cuyo desasosiego y tensión pasan por la fiesta y el ruido, la violencia y la indolencia, la basura y la opulencia.

Alexander Apóstol / Rafael Lozano-Hemmer / Pedro Vizcaino / AES+F / David LaChapelle / Daniel Canogar / Rogelio López Cuenca & Elo Vega

 

Barcelona. ATOPÍA. Arte y ciudad en el siglo XXI. Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona [1] (CCCB).

Del 25 de febrero al 24 de mayo de 2010.

Comisarios: Josep Ramoneda e Iván de la Nuez.