Sus esculturas, a mediana y gran escala, se caracterizan por sus superficies perfectamente pulidas y el uso de materiales como el mármol, el alabastro, el granito, la madera o el bronce. El escultor español orientó su creación hacia el lenguaje de la abstracción, pero manteniendo la figura humana en el eje central de su creación.
Si algo buscó Baltasar Lobo una y otra vez fue atrapar la felicidad, el instante de dicha que las circunstancias de la vida le arrebataron, pues vivió la tragedia de la Guerra Civil española y tuvo que marchar al exilio.
Paz anhelada
Esa paz anhelada y esa suerte de serenidad que se desprende de su trabajo la encontró Lobo en la plasmación de mujeres que contemplan el mundo desde una placentera actitud meditativa, conscientes siempre de su naturaleza femenina, fecunda, generosa, que juguetean con sus hijos, los alzan en brazos y los acunan entre sus piernas en actos de bondad y pureza.
Entre el primitivismo y el arte de vanguardia, entre el naturalismo y la abstracción, Lobo construye su lenguaje escultórico con las formas femeninas, las curvas, la sensualidad tranquila, reposada y delicada. Los cuerpos de sus mujeres en mármol o en bronce invitan a ser acariciados y recorridos. No es erotismo, porque no es el sexo lo que busca resaltar, sino la armonía, la ternura, la admiración hacia quienes son la fuente de la iniciación, de la vida.
Universo femenino
Es por ello que esta muestra de carácter antológico no deja de ser un homenaje al universo femenino, en el que aparece un lenguaje escultórico maduro que se puede apreciar en la rotundidad de los volúmenes, de gran perfección en el modelado de las formas.
Esto es especialmente elocuente en las piezas realizadas en mármol y bronce pulidos, en las que el escultor aprovecha la plasticidad táctil y luminosa del material para obtener obras radiantes, dotadas de una bellísima y oscilante transparencia interior.
Esta muestra cuenta, además, con un apartado dedicado a los dibujos que en diferentes técnicas fue elaborando Baltasar Lobo a lo largo de su carrera, como primeros trazos o esbozos, que ayudarían a formalizar la idea final de una figura escultórica.
Esta exposición ha sido posible gracias a la colaboración del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), la galería Freites de Venezuela, la Obra Social de Ibercaja y la Universidad de Zaragoza.
Zaragoza. Baltasar Lobo. Paraninfo de la Universidad de Zaragoza [1].
Del 19 de mayo al 17 de julio de 2011.