Banksy, el famoso y misterioso artista callejero convertido últimamente en uno de los favoritos para coleccionistas y amantes del arte, ha cobrado únicamente una libra (1,16 euros) por la organización de su exposición en el City Museum and Art Gallery de su ciudad natal, Bristol, a condición de que todas las imágenes en circuito cerrado de televisión grabadas durante la preparación de la muestra –en la que supuestamente Banksy formó parte del grupo de operarios que la instaló– fueran destruidas.

Solo a través de un requerimiento privado de información al Ayuntamiento de Bristol, basado en el acta de libertad de información británica, se ha revelado que este organismo acordó con el artista el pago simbólico de una única libra, a pesar de que una sola obra de Banksy puede superar actualmente los 350.000 euros y que su exposición ha sido la más visitada en la historia de la ciudad.

Toda esta situación, rodeada de un absoluto misterio, se debe al hecho real de que Banksy es un personaje buscado por la justicia británica a causa de sus “particulares” trabajos realizados en organismos oficiales y sobre obras históricas de reconocido valor en museos públicos, sin que hasta el momento haya sido nunca descubierto ni registrado por ningún sistema de seguridad.

«Acontecimientos artísticos especiales»

La intrigante figura de Banksy se hizo mundialmente conocida después de diversos acontecimientos impulsados por él mismo: en 2004, en pleno Carnaval de Notting Hill, en Londres, lanzó al aire, entre la multitud, un importante fajo de billetes de 10 libras en los que la figura de la reina había sido sustituida por la de Diana, princesa de Gales.

Ese mismo año logró introducir subrepticiamente en la prestigiosa galería Tate Modern de Londres una obra y colgarla entre las expuestas oficialmente durante varias horas, hasta que alguien se percató del “añadido”. Unos días después repitió el mismo truco nada menos que en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.

Desde entonces, Banksy ha obtenido un importante incremento de su popularidad, acreditándose como un icono del Street Art internacional y vendiendo obras en subastas, que en algún caso, como el de la titulada Space Girl & Bird, han alcanzado un precio cercano a las 300.000 libras (347.078 euros), pero siempre manteniendo en secreto su identidad.

En este sentido, en el contrato firmado entre el Ayuntamiento de Bristol y una empresa que representaba al artista, el museo admite destruir todas las imágenes que puedan haber capturado la imagen del artista, a la vez que determinadas secciones han sido tachadas “para evitar que esos datos puedan conducir al descubrimiento de su identidad”, según reconoce una carta escrita por el equipo jurídico de consistorio.

Otro hecho curioso es que el contrato no se refiere nunca a Banksy y que, cuando menciona a la empresa que le representa en el acuerdo, se remite a una organización llamada PCO, siglas que los responsables del ayuntamiento, de un modo más que comprensivo, entienden que se refieren a la Oficina de Control de Plagas, el departamento municipal encargado del borrado de sus obras callejeras y la valoración de los daños producidos por sus intervenciones.

En cuanto a los trabajos de montaje de la exposición, únicamente cuatro empleados del museo tuvieron conocimiento de esos planes y fueron testigos de ellos, ya que al resto del personal se le dijo que en los próximos días tendría lugar un rodaje en las instalaciones y generosamente se les “animó” a tomarse unos días libres.

Una de las exposiciones más visitadas

Banksy Versus Bristol Museum, la exposición gratuita que abrió sus puertas el pasado 13 de junio, ha recibido ya más de 230.000 visitas y todavía hoy, cuando ya han pasado dos meses, la mayoría de los días se ven colas que recorren más de tres kilómetros de aceras. De hecho, la muestra, que finaliza el próximo 31 de agosto, está a punto de convertirse en una de las más visitadas del país en 2009, ya que durante 2008 sólo seis exposiciones en todo el Reino Unido lograron más visitas.

En referencia a este dato, el diputado Simon Cook, del Ayuntamiento de Bristol, ha comentado recientemente: «Ésta es, definitivamente, la mejor libra que el ayuntamiento ha gastado nunca».