Con motivo de la representación de Paso Doble en del Teatro Lliure de Barcelona [1], que concluye hoy, el pintor mallorquín ha anunciado que su espectáculo se representará a finales de año en África y también será objeto de una película de Isaki Lacuesta. Las representaciones en África "serán a finales de año, cuando no llueve y no hace demasiado calor, es el buen momento para que la arcilla no se seque".
Escultura de arcilla
Este espectáculo de una hora se creó para el Festival de Aviñón en 2006, se representó en Palma de Mallorca con motivo de la inauguración de la obra que Barceló realizó en la capilla del Santísimo de la Seo y ha pasado por Madrid, París, Atenas y Nueva York, entre otras ciudades.
Los dos artistas construyen en el escenario un muro o una escultura de arcilla -"un material parecido a la carne", según Barceló-, que moldea a veces a puñetazos y que, después, destruye con herramientas de madera y hierro, y tanto el pintor, que aparece en escena con un sobrio traje negro y camisa blanca, como el coreógrafo quedan embadurnados con ese material.
También ha explicado que el pabellón español de la Bienal incluirá pinturas suyas de gran formato y de reciente creación, junto a otras anteriores, una parte importante de ellas realizadas en África. En total, entre veinte y treinta cuadros, esculturas y también cerámica y, quizás, también las fotografías que él mismo saca cuando le aplaude el público al final de Paso Doble.
A fuerza de frecuentar A fuerza de frecuentar al pintor y sus obras en el propio taller, hasta el punto de dormir en él por la noche y de jugar con las sombras, los contornos de los objetos y las telas a la luz de una vela, a Josef Nadj le nació un deseo espontáneo: entrar en el cuadro. Este propósito justo en el momento de formulárselo al pintor de las metamorfosis orgánicas, Miquel Barceló, tomó enseguida la forma de una performance. Los dos artistas imaginaron un muro de arcilla roja, la de Kanizsa, villa natal del coreógrafo, y la de las obras de cerámica de Barceló –especialmente de su gran proyecto: recubrir completamente de terracota el suelo de la Capilla de Sant Pere de la Seu de Mallorca, de donde es originario, terreno común de su encuentro, en el cual cada uno osa entrar en el universo del otro. Una aventura hecha de intercambios entre el pintor-coreógrafo y el coreógrafo-pintor resguarda esta experimentación única. |