Casada con Eugène Manet, el hermano de Édouard Manet, Morisot fue la primera pintora que decidió unirse al Impresionismo, el grupo más avanzado del arte de la época, participando en su mítica Primera Exposición de 1874 y en otras posteriores. El suyo es un caso excepcional en la historia del arte del siglo XIX, porque es el de una mujer perteneciente a la alta burguesía francesa que consigue desarrollar una importante carrera profesional como artista, vinculada a un movimiento nuevo que entonces provocaba rechazo.
Cuarenta obras
Más de 30 obras procedentes del Marmottan Monet [1], junto a un préstamo de la Fondation Pierre Gianadda de Martigny (Suiza), y otras pertenecientes a las colecciones Thyssen, permiten descubrir una pintura que, ya sea a través de paisajes o de escenas cotidianas y femeninas, destila elegancia y luminosidad.
La muestra se ha organizado siguiendo un recorrido temático y cronológico en paralelo a la trayectoria vital de la artista, en los siguientes capítulos: ‘Corot y la pintura al aire libre’, ‘Manet y el retrato íntimo’, ‘Pintar la vida, vivir la pintura’, ‘Parques y jardines’ y ‘El mundo rural’. En cada sala, sus lienzos dialogan con otros de pintores relevantes en su vida, como Corot, Boudin, Manet, Degas, Renoir, Monet y Pissarro.
El espejo psiqué, de la colección permanente del Thyssen, es una de las pinturas que Berthe Morisot presentó en la Tercera Exposición Impresionista de 1877 y la obra que se encuentra en el origen de esta exposición. Ejecutada con una delicada factura de suaves pinceladas, muestra a una joven vistiéndose pausadamente frente a un espejo de estilo Imperio, espejo que perteneció a la pintora y que ahora se encuentra, entre otros objetos personales, en la colección del Musée Marmottan. La artista estuvo preocupada de manera especial por el estudio de la luminosidad y el color, y compartió el interés de los demás impresionistas por los reflejos de la luz.
Luminosidad y color
Su carácter independiente y con cierto punto de rebeldía se deja ver en su obra, que permite acercarse también al papel de la mujer en la Francia de finales del siglo XIX, ya que no sólo fue una gran creadora sino también una mujer burguesa, urbana e interesada por la moda y la activa vida cultural de la época, que se relacionó con intelectuales y artistas como Manet, Renoir, Monet, Pissarro, Degas o Mallarmé.
La representación del universo de los sentimientos femeninos fue un asunto tan permanente en la obra de Morisot que su amigo el poeta francés Paul Valéry solía decir de ella que «vivía su pintura» y «pintaba su vida».
Madrid. Berthe Morisot: La pintora impresionista. Museo Thyssen-Bornemisza.
Del 15 de noviembre de 2011 al 12 de febrero de 2012.
Comisaria: Paloma Alarcó.