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Brad Pitt visita en Avilés el proyecto de Óscar Niemeyer

En concreto, Pitt -un apasionado de la arquitectura- quería conocer de primera mano el proyecto del Niemeyer, cuya fundación lleva meses organizando en secreto el desplazamiento para que el actor pueda conocer personalmente el proyecto arquitectónico Isla de la Innovación, que la citada fundación desarrolla en el centro de la ciudad.

«Culines» de sidra

Antes de la reunión, el domingo por la tarde, el actor paseó por las calles de Avilés, interesándose por la singularidad de los edificios del casco histórico de la ciudad e incluso se tomó algunos «culines» de sidra con el presidente de Asturias, Vicente Álvarez-Areces.

En cuanto a la jornada de ayer, el actor visitó durane 45 minutos las obras del Centro Niemeyer acompañado por la consejera de Cultura y Turismo, Mercedes Álvarez y por la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, las cuales destacaron el «gran interés» de Pitt por la arquitectura y la sostenibilidad. La visita se centró en la cúpula y las obras aún sin terminar, ante las que, según testigos presentes en la visita, mostró su entusiasmo.

Pitt posee varios estudios de arquitectura y trabaja desde hace varios años en un proyecto de reconstrucción de la ciudad de Nueva Orleans tras el paso del huracán Katrina.

Isla de la Innovación

En 1989, Óscar Niemeyer recibió la Medalla del Premio Príncipe de Asturias. 20 años después, para celebrar el aniversario, el arquitecto decidió regalar un proyecto a nuestro país.

Situado frente  al casco urbano de Avilés, en la Isla de la Innovación, y como eje de un ambicioso proceso de regeneración urbana y económica, el centro diseñado por Niemeyer pretende ser un lugar de referencia del mundo internacional de las artes y de la cultura, y convertirse en un nuevo polo de atracción turística. Para ello, el arquitecto cuenta con un consejo asesor de personajes de relevancia, como el cineasta Woody Allen, el científico Stephen Hawking, el escritor brasileño Paulo Coelho o el vicepresidente de Google, Vinton Cerf. El centro será una puerta abierta a la cultura en todas sus formas, tradiciones y estilos, donde música, teatro, cine, exposiciones, conferencias, noticias al aire libre y educativas serán los protagonistas. 

El Centro Niemeyer pretende ser el primer paso alrededor del cual se recuperará este espacio de la ciudad, hasta ahora degradado a raíz de su abandono por la reconversión siderúrgica. Un ambicioso plan desarrollado por el Gobierno del Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Avilés que pretende trabajar con centros culturales europeos de referencia, como el Centro Pompidou de París, el Barbican Center de Londres, el Lincoln Center de Nueva York, la Ópera de Sidney, la Biblioteca de Alejandría, el Hong Kong Cultural Center y el Forum Internacional de Tokio, todas instituciones diseñadas por arquitectos de prestigio y que han contribuido a la regeneración del espacio urbano y al desarrollo económico, tal y  como se pretende en Avilés.

Síntesis de una vida

Como toda la arquitectura de Niemeyer, el proyecto está marcado por la curva y es una síntesis de toda su obra y de su concepción de la arquitectura. “Es, sin duda, el proyecto más importante que he realizado en Europa”, ha explicado él mismo.

El centro, cuya finalización se prevé para 2010, está formado por cinco edificios independientes entre sí: un auditorio con capacidad para 1.000 espectadores, un espacio expositivo diáfano de aproximadamente 4.000 metros cuadrados (convirtiéndose en el segundo mayor espacio de Europa destinado a la exhibición de arte contemporáneo), una torre-mirador sobre la ría y la ciudad, un edificio polivalente que albergará un cine, salas de ensayo, reuniones y conferencias y una plaza abierta que pretende ser el nexo entre el centro y la ciudad.

Niemeyer siempre ha concebido su arquitectura como una escultura, basándose en los principios arquitectónicos de Le Corbusier, cuyos planteamientos le influyeron poderosamente. Este proyecto es una prueba de ello.

 

 

Óscar Niemeyer, uno de los pioneros del Movimiento Moderno Internacional, ha sabido incorporar al racionalismo funcionalista los espacios sensuales y los valores poéticos que distinguen la cultura de su país, Brasil.

Nació en Río de Janeiro en 1907, se graduó en la Escola Nacional de Belas Artas de Rio de Janeiro en 1934, y un año después comenzó a trabajar en el estudio de Lucio Costa. En 1936 se unió a un grupo de arquitectos brasileños que estaban colaborando con Le Corbusier en el nuevo Ministerio de Educación y Salud. En 1956, fue nombrado arquitecto supervisor de Nova Cap, organización encargada de la ejecución de los proyectos de Lucio Costa para la nueva capital de Brasil, y al año siguiente se convirtió en el arquitecto jefe, diseñando la mayoría de los edificios más importantes. Hasta su exilio en Francia en 1964 por su filiación política comunista, continuó trabajando en Brasil, a donde regresó 10 años después. En 1970 le concedieron la Gold Medal of the American Institute of Architecture y, en 1989, el Premio Pritzker de Arquitectura.